OPINIÓN/Víctor Gijón
Los 'duros' se imponen a Rajoy
No pinta bien para los moderados del PP. Unos se van --Jesús López-Medel-- y a otros los echan. La facción dura, la que representan públicamente Ángel Acebes y Eduardo Zaplana, pero que maneja desde la sombra José María Aznar, se ha impuesto a Mariano Rajoy en algunas decisiones trascendentales. Por ejemplo, la de dejar fuera de la listas de Madrid al alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, un dirigente de mayorías absolutas.
Decisión que puede tener consecuencias electorales importantes. Rajoy ha cedido ante la presión de una Esperanza Aguirre cuyo mérito conocido es controlar con mano de hierro la organización popular de Madrid con 90.000 militantes. También cuenta con el apoyo de poderosos medios de comunicación y comunicadores, como la COPE y Federico Jiménez Losantos o El Mundo y Pedro J. Ramírez. No es casual que entre esos medios y esos periodistas se llevaran casi el 80% de las licencias de televisión digital concedidas recientemente por el Gobierno de Madrid.
Aguirre tiene también en su haber, aunque desde el punto de vista ético debería cargársele en el debe, haber ganado las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid en una forzada segunda vuelta y después de que dos tránsfugas socialistas, comprados por personas cercanas al PP, impidieran hace cinco años un gobierno de izquierdas en la capital de España.
El fin de las esperanzas de Gallardón se veía venir después de que 24 horas antes Rajoy anunciará el fichaje de Manuel Pizarro como su número dos. Entre un centrista con capacidad para atraer más votos que los de piñón fijo y un derechista, anti nacionalista y muy conservador, que nunca ha disputado elecciones y siempre estuvo en la cocina, ganando dinero para él y los suyos, Rajoy ha optado por el segundo.
Pizarro tiene una carrera empresarial vinculada a decisiones políticas de Aznar y, todo indica, que es el ex presidente quien le ha convencido para lanzarse al ruedo político. Para Rajoy, Pizarro es el ministro de Economía in pectore, capaz de solucionar los problemas que, según el PP, amenazan con hundir la economía de las familias españolas. Serán las de los demás, porque Pizarro tienen forrado el riñón. Y es que sólo con la operación de venta de Endesa el ahora candidato del PP se ganó 2.000 millones de pesetas. Una fruslería.
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