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Mitin casi para empresarios en el Foro Nueva Economía

Rajoy asegura que aún no ha ofrecido un puesto a Pizarro en un futuro gobierno 'popular'

Rajoy asegura que aún no ha ofrecido un puesto a Pizarro en un futuro gobierno 'popular'

· El líder del PP confirma que bajará el impuesto de sociedades en un 25%

> El ex presidente de Endesa fue el gran ausente en el acto
> Confirma que irá en las listas, pero no que tenga un ministerio ya asignado
> Comparación con Solbes: "Pizarro tiene muchas más ganas, coraje y fuerzas"
> A ZP: "Lo que no es patriótico es ocultar la verdad a los españoles"
Segundo día de ‘efecto Pizarro’ como el ‘antídoto” del PP contra Pedro Solbes. A él se ha dirigido Mariano Rajoy en un multitudinario desayuno informativo en Madrid como la esperanza ‘reformista’ frente al inmovilismo de Solbes. Rajoy no ha confirmado a Pizarro como ‘su’ futuro vicepresidente económico, pero sí como ‘su’ número dos en la lista por Madrid. Y, además, sigue de ‘rebajas’ electorales: promete bajar el 25 % del Impuesto de Sociedades.

    Estaba el ‘todo PP’ arropando a Mariano Rajoy en un hotel madrileño. Sólo una ausencia, pero que destacaba que todos los presentes: no estaba el ex presidente de Endesa, Manuel Pizarro, el gran ‘fichaje’ de Rajoy para contrarrestar al ‘inmovilista’ Pedro Solbes. Había una razón para que el hombre que mantuvo en jaque al Gobierno con ‘su’ OPA de Gas Natural contra Endesa no estuviera este martes en el Hotel Ritz: hubiera brillado por sí solo más que el líder Rajoy. En realidad, Pizarro era el gran blanco informativo.

         Pero más allá de esta ausencia, el Ritz estaba a rebosar; tanto, que se tuvo que habilitar un ‘corralito’ para la prensa. Dado que Rajoy aún no ha desvelado sus listas –no lo hará hasta este jueves-, allí estaban todos los presuntos ‘listables’: los que están y los que quieren estar, como el alcalde de Madrid, Ruiz-Gallardón, y su enemiga natural, la presidenta Esperanza Aguirre. Y toda la plana mayor de mando: desde Manuel Fraga hasta Ana Pastor, García-Escudero, Arias Cañete, Astarloa, Zaplana –llegó tarde- o Trillo –llegó aún más tarde. Allí estaba el editor José Manuel Lara, el defensor del Pueblo, Enrique Múgica, el embajador de Francia, Bruno Delaye, y, en definitiva, la crème de la crème del mundo empresarial.

         En el coloquio posterior las preguntas se centraron, claro, en la nueva ‘esperanza’ del PP que representa Manuel Pizarro. Para él todo fueron parabienes: “Es bueno para la política” que Pizarro se incorpore a la misma; “tiene muchas más ganas, coraje, fuerza y diagnóstico de la situación española más ajustado a la realidad que el señor Solbes, o “Pizarro tiene una voluntad reformista que es lo más importante” frente al inmovilismo de Zapatero-Solbes.

         Sin embargo, hubo un mensaje que desconcertó a muchos: “He propuesto al Comité Electoral que sea el número 2 por la lista de Madrid, pero no he hablado con el señor Pizarro de su participación en el Gobierno, como no he hablado con nadie de su participación en el [posible y futuro] Gobierno”. Es decir, que Rajoy no ha confirmado a Pizarro como vicepresidente económico de un hipotético gobierno del PP. ¿Por qué? ¿Acaso porque le reserva para otro Ministerio? Era la pregunta que quedó flotando en el ambiente.

         Pero, en fin, que Rajoy estaba en una salsa adecuada para ofrecer un discurso eminentemente económico, pero en el que la mayor novedad fue la de prometer una rebaja del impuesto de sociedades cifrada en el 25 %, aunque con condiciones para las empresas: que ‘mimen’ la conciliación laboral y familiar, que realicen un esfuerzo mayor en innovación, que aumenten la inversión en capital productivo, que se fijen como objetivos la eficiencia y el ahorro energético y que creen empleo estable y no el ‘empleo basura’ que se habría creado en esta etapa socialista.

         Más promesas –‘rebajas’ electorales- fueron la reforma del IRPF más allá de lo ya prometido –exención a los que ganen menos de 16.000 euros al año; medidas ‘discriminatorias positivas’ para la mujer, creación de un Ministerio de Bienestar Social y Familia con ‘competencias transversales’ (vivienda, sanidad y bienestar en general), mantenimiento de la actual ley del aborto –“no voy a plantear ninguna modificación. Lo que sí haré es que se cumpla la ley”, dijo-, mantenimiento de las actuales centrales nucleares y que si gana las elecciones formará un gobierno ‘conciliador’ en el que tratará de pactar con el principal partido de la oposición un amplio consenso en cuatro puntos: política antiterrorista, modelo de España, política exterior y un nuevo modelo de sanidad, pensiones y educación.

         Y en cuanto a Rodríguez Zapatero, lo mismo que ha venido diciendo el PP en los últimos tiempos, acentuado tras el reconocimiento del Gobierno de que siguió negociando con ETA incluso después de que la banda asesinara a dos personas en la T-4 de Barajas: “Es muy difícil confiar en una persona que en un asunto como éste oculta la verdad a los españoles”. Y, naturalmente, que ANV y PCTV se ilegalicen ya.
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