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El veneno macrista en el Centro Gallego de Buenos Aires

El veneno macrista en el Centro Gallego de Buenos Aires

Por Manuel Suárez Suárez
domingo 30 de julio de 2017, 15:58h

Los que conocemos un poquito de la exitosa historia de nuestra diáspora en la Argentina estamos abatidos. Hace años cuando hablabas del Centro Gallego de Buenos Aires sentías un hondo orgullo de pertenecer a una estirpe de luchadores solidarios. La historia emigrante tiene tres mojones en tres capitales americanas: La Habana, Buenos Aires y Montevideo. Fue en la isla de Cuba donde comenzó la construcción de un hogar común para los desplazados del paraíso gallego. Después en la capital argentina y finalmente en la capital uruguaya con la fundación de la Casa de Galicia que pronto festejará su centenario. Los viejos fundadores pensaban con la cabeza y el corazón. Querían mantener viva la cultura propia sin olvidar el cuidado de la salud. Por medio del pago de una cuota mensual tenías el derecho de asistir a clases de baile, gaita, lengua gallega y también asistencia médico-hospitalaria.

Tener el carné social era muy provechoso. Mantenías la línea de comunicación con la aldea y acercabas a los descendientes para hacerlos miembros del puente espiritual que por encima del Atlántico iba directo hasta la compostelana plaza del Obradoiro. En tierra ajena es una gran tranquilidad el poseer un cobijo donde calentar el espíritu y el cuerpo en hermandad con con los compañeros de viaje. La unidad hace que la comunidad en el exterior sea respetada y facilita tener una voz autorizada delante de las administraciones públicas de los países de acogida. El esfuerzo común y la constancia de valiosos dirigentes consiguió levantar con miles de ladrillos el fogón social. Sin olvidar que los servicios médico-hospitalarios permitieron que los hijos y nietos pudiesen ser contratados para cuidad de la salud de sus ascendientes. Si conocés al médico es mucho más fácil pedir cita cuando tenés una dolencia.

El desastre en Buenos Aires no fue de un día para oro. Hace más de 20 años que el Centro Gallego comenzó a cojear. Por desgracia las comisiones directivas no supieron mantener una actividad normal de funcionamiento de los servicios y nuestra vieja entidad se fue hundiendo con las deudas y la pérdida de afiliados. Pasaron muchas cosas. Hubo errores de gestión pero llevo décadas escribiendo sobre el pasado y ahora lo que importa es un presente de gran decepción y tristeza. Quiero hacer hincapié en que la actual crisis en el Centro Gallego no me sorprende. Lo que está sucediendo es una muestra de la acción de gobierno presidido por Mauricio Macri. Los que no se dejaron ensortijar por los cuentos baratos de don Mauricio –un candidato sin ninguna ética-- sabían perfectamente que iba a liquidar la mutualista de los gallegos si ganaba las elecciones. Lo que me duele y me calienta es que miles de socios votasen contra sus propios intereses.

Para el actual presidente el Centro Gallego es un gasto. No quiere poner un peso de los presupuestos públicos para que los socios sigan teniendo su médico y su hospital. Siendo enemigo declarado de la sanidad pública lo es también del sistema mutualista donde los asociados son dueños de las instalaciones en que los atienden. El interventor cumple órdenes. Dicen que su nombramiento fue debido a una recomendación de Carlos Grosso (ex intendente de la capital, 1989-1992) que es muy conocido por la coima que se llevó de la empresa Manliba de la familia Macri por un contrato millonario para la recogida de basura. El interventor tiene que privatizar (vender) el Centro Gallego y para eso debe de cortar algunas cabezas con despidos de funcionarios con muchos años de trabajo. Es un buen macrista que contrata a docenas de “ñoquis” con salarios de entre 30 y 40 mil pesos mensuales para labores de escolta y espionaje.

El actual gobierno está formado por un grupo de delincuentes. Casi todos los ministros tienen un pasado de estafa y robo de fondos públicos. Lo cierto es que fueron elegidos y hay muchas explicaciones para acercarse a entender que un país que ayer tenía alto nivel de bienestar esté ahora hundido en la miseria. Lo que me enerva es el voto macrista de nuestros emigrantes. No tiene justificación racional ya que Macri es lo contrario de lo que un ciudadano normal considera como persona de bien. El problema está en que la gran mayoría de los emigrantes que votaron a Macri son herederos. Quiero decir que recibieron una propiedad o un comercio o dólares en el banco. Nunca sudaron. Son los infelices que envidian a los millonarios pero afirman que todo lo que tienen es porque siempre trabajaron mucho. Son los que dicen que nadie les regaló nada. Estos desgraciados criticaban a los vecinos que venían de comprar su primer auto usado.

Está delante de los ojos lo que obtuvieron con su voto. Un país donde el litro de leche costaba diez pesos con Cristina Fernández y ahora no baja de los 25 pesos. Estos votantes descerebrados son los mismos que andan con boludeces en las redes sociales sobre la recuperación del Centro Gallego. Son los mismos que atacaban a Cristina repitiendo las mentiras e insultos de los asquerosos mercenarios del “Clarinete”. Algunos, si hablas con ellos de los goles de Independiente o River Plate hasta tienen su humor pero cuando opinan sobre la política argentina hay que escapar ya que no es posible el diálogo. Son críticos con el interventor pero sin hacer referencia a los responsables de los atrasos en las ayudas económicas en el Ministerio de Desarrollo Social. No se habla del Ministerio de Salud Pública, no sea que se enoje el hijo de gallegos que es su titular.

El glorioso Centro Gallego de Buenos Aires no tiene viabilidad como mutualista. Los ingresos son insuficientes. Ya hice las cuentas hace años en las que profundizaba en los gastos y deudas. Decía de aquella que la solución hasta que vuelva un gobierno honrado pasa por la escisión jurídica de la sección cultural. Propongo que el actual “Instituto Argentino de Cultura Gallega” se constituya en fundación con aporte de la Xunta de Galicia. Yo se que habrá unanimidad en el Parlamento de Galicia para incluir en los presupuestos generales una partida para la conservación de la muy valiosa “Pinacoteca del Centro Gallego de Buenos Aires”. La contrapartida puede ser la obligación de organizar visitas a nuestro tesoro artístico en la capital argentina. Los que deseen más información pueden ver el catálogo-inventario de las obras en el libro del doctor Padorno editado con motivo del centenario. La sección médica creo está perdida. Lo mejor es la estatización pero con el desgobierno macrista no es posible ya que prefieren la coima del grupo empresarial indecente de Ribera Salud.

MANUEL SUÁREZ SUÁREZ

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