Don Braulio no digiere el rabo de toro

Sorpresa. Sí, en efecto. Una gran sorpresa. ¿Cómo es posible que, después de un año de análisis, trabajo y compromiso, ahora se filtre la idea de que la fusión (absorción, más bien) del Banco España-Duero y Unicaja Banco es inviable?

El argumento es aparentemente verosímil: era una operación difícil, un tanto arriesgada, pero tras las nuevas necesidades de financiación que exige el reciente decreto Guindos se torna inviable. Técnicamente inviable.

Así se ha querido transmitir por parte de quienes, al fin y al cabo, fueron los promotores de una fusión (absorción, más bien) jamás imaginada y, por tanto, nunca diseñada en Castilla y León.

Más aún. Tal y como se ha filtrado, parece un argumento cerrado, incontestable, irrefutable, definitivo: si la operación no es viable, ¿quién puede obligar a Unicaja Banco a asomarse al precipicio de la insolvencia? En este sector, la solidaridad se mide en décimas de tipos de interés. Y la caridad, en fin, no existe.

Aunque, es probable que al lector le hayan asaltado otras dudas. Entre ellas, por ejemplo, éstas: ¿Cómo se entiende que un gestor tan experimentado como Braulio Medel, presidente de Unicaja, haya podido tropezar por tercera vez en la misma piedra a la hora de elegir compañero de viaje para desplegar el gran potencial de la entidad que logró construir mediante audaces fusiones y ante la admiración y el reconocimiento de todo el sector? ¿Cómo es posible que un profesional con tanta experiencia y merecido prestigio no advirtiera el alto riesgo de la operación que él mismo inició ante la sorpresa de los responsables de España-Duero y de la propia clase política de Castilla y León? ¿No supo medir el riesgo? ¿No quiso valorar el coste de la operación sabiendo, como sabía y sabe, que se trata de una operación puente hacia una nueva fusión? ¿O es que calculó que iba a ser premiado con más generosidad por parte del Banco de España y del actual Ministerio de Economía?

O, en otro caso, ¿a cuento de qué tensa ahora la cuerda hasta el extremo de estrellar la fusión y de cerrar las puertas a la necesaria expansión de la entidad que preside? Y si es así, ¿qué kilómetro de su inconfesable estrategia es el que está recorriendo en estas fechas?

Los expertos suelen recordar que, en ese tipo de operaciones, es tan importante la viabilidad financiera, que lo es, como el satisfactorio reparto de poder entre los muñidores de las mismas... ¿Ha calculado mal, en este sentido, el experimentado señor Medel?

Quienes conocen bien el proceso de acercamiento de Unicaja a España-Duero aseguran que éste es, precisamente, el nudo gordiano que explica la actitud actual del presidente de Unicaja Banco. Y todo, al parecer, porque alguien ha dicho a alguien -como diría Gila en su mejor faceta de investigador- que si se produce el vuelco electoral en Andalucía, Braulio Medel sería invitado a decorar la sede central del nuevo Banco, cual jarrón chino, porque el poder ejecutivo lo asumiría Evaristo del Canto... ¡Y por ahí no pasa don Braulio!

Manuel Trapote. Periodista.