El reality de la cadena nacional
martes 19 de mayo de 2015, 16:32h
Una llovizna que le arruina el peinado y que pone todo gris,
que deja a los militantes e invitados como pollitos mojados, eso fue esta vez;
las gotas en la cara bien pueden pasar por lágrimas.
La presidenta arrancó carraspeando al borde del llanto. Hoy
trata de las andanzas de su marido. Vuelve con "Él", la bandera de la
ESMA y de lo que fundó el presidente Kirchner simbólicamente en el famoso acto
de la ESMA del 2004 donde "Él", absurdamente, pidió perdón en nombre
del Estado por la falta de justicia hacia las víctimas de la dictadura militar.
Una memoria chueca que omitía los juicios a la junta militar durante el
gobierno de Alfonsín. Hoy la presidenta lo reivindicó desmintiéndose ellos
mismos luego de haberle pedido perdón a Raúl.
Esto pasó en la cadena de hoy. El clímax de la cadena. La
arenga que retoma la épica nuclear del relato kirchnerista, la sobractuación de
la emotividad en carne viva, de las heridas abiertas. La presidenta, una gran
improvisadora, atenta como una buena actriz a las circunstancias dadas, tuvo
como efecto lumínico al mismísimo sol que de entre las nubes salió para bañarle
la cara y para que ella metaforizara, astutamente, con que siempre hay
esperanza al final del camino.
Hoy tocó esto. La próxima puede ser mucho más trivial, mucho
más arbitraria, mucho más vengativa, mucho más victimizante. Mucho más ilegal.
El diputado Mario Negri, presentó una denuncia
(http://bit.ly/Negri-CadenaNacional) por el uso abusivo de las cadenas
nacionales por parte de la presidenta. El abuso se da por tiempo, por
frecuencia, por contenido y por finalidad. La denuncia tiene un detalle
minucioso del por qué del carácter fuera de lugar del uso del recurso
presidencial que debe ser válido sólo para situaciones de emergencia o
extraordinarias.
Con la de hoy, tenemos en lo que va del año 17 cadenas
nacionales, más un millón de problemas sin respuestas y un solo objetivo:
mantener el poder para ganar impunidad.