Scioli y Randazzo: la salida del kirchnerismo fue nomás para la derecha
domingo 17 de mayo de 2015, 23:04h
El 13 de febrero del 2008 fuimos a reunirnos con Néstor
Kirchner en Puerto Madero, donde había puesto sus oficinas, terminado su
mandato presidencial y con Cristina en la Rosada. Ibamos a que nos explicara las
razones por las que, luego de convocarnos a construir un movimiento político
transversal, con lo mejor de cada partido de raíces nacionales y populares,
había tomado la decisión de ser el nuevo presidente del Partido Justicialista.
Esquivando argumentos serios, nos dijo Kirchner en la
reunión que era "porque me lo pidió Cristina"; asegurando al mismo tiempo que
"renovaría el partido" desplazando a la vieja dirigencia. De los cuatro
dirigentes que allí estuvimos, el único que objetó la decisión fui yo: "no
estoy de acuerdo", le dije (ver Página 12).
El 2 de noviembre de ese año, sostuvimos en una editorial
que: "Libres del Sur fue advirtiendo, junto a muchos otros y como parte de ese
Proyecto Nacional que se inició en el 2003 con Néstor Kirchner a su frente, que
había que fortalecer a las fuerzas populares en su seno y no a las mas
retardatarias que tenían a una parte importante de la dirigencia justicialista
como expresión concreta. No obstante a partir de fines del 2005 se nos escuchó
cada vez menos; y después del triunfo de Cristina, con la decisión de que
Kirchner fuera a la presidencia del PJ, directamente se decidió marchar en otra
dirección. Las consecuencias de ello se vienen haciendo sentir cada vez más en
la pérdida de consenso del gobierno", agregando que "Si la pejotización es la
estrategia que tiene el gobierno para el proyecto nacional en curso, va al
fracaso y allí no estaremos".
No solo entreveíamos que iba al fracaso el proceso iniciado
en el 2003, que tantas posibilidades tenía de hacer una Argentina distinta y
mucho mejor de la heredada del neoliberalismo, sino que estábamos convencidos
que, llegado el momento, la salida del kirchnerismo vendría de la mano del PJ y
hacia la derecha. Acorde a los rasgos profundos adquirido por este partido de hace
décadas, que se habían puesto manifiesto con absoluta claridad durante el
gobierno de Carlos Menem.
Cierto es que luego de la derrota del año 2009 logró el
kirchnerismo, aprovechando inteligentemente una serie de circunstancias
favorables en lo político y en lo económico, recuperar consenso. Y de esta
manera obtener un nuevo mandato para Cristina en el 2011. Pero las corrientes
profundas que nosotros vimos allá por el 2008, que nos llevaron a apartarnos
del gobierno, no se modificaron.
Pasaron seis años y medio de esa decisión nuestra, se
acercan las elecciones presidenciales y el fin de mandato de Cristina Kirchner,
que no puede renovar. ¿Cuál es la situación del país? Hace tres años que la
economía está estancada con elevadísima inflación, la inversión productiva ha
descendido, la pobreza está cercana al 30%, la creación de empleo no aumenta
desde el 2008, nada queda de los superávits gemelos (fiscal y exterior) de los
que hablaba Néstor Kirchner para una economía sustentable. También perdimos el
autoabastecimiento energético con enorme impacto económico, y hasta retrasan el
tipo de cambio al mejor estilo Cavallo.
¿Y en el terreno político, cuál es la oferta del
kirchnerismo para las próximas y cruciales elecciones? ¿Los candidatos de la
Cámpora, del Movimiento Evita, de Nuevo Encuentro? Nada de eso, por supuesto,
los candidatos salen del riñon del PJ, tal como era previsible cuándo Néstor
Kirchner decidió blanquearlos de nuevo hace ocho años atrás. Scioli y Randazzo
para la presidencia. Aníbal Fernández, Espinoza y Julián Domínguez para la
gobernación de la provincia de Buenos Aires, sumados a ellos los intendentes de
siempre encabezados por Hugo Curto. En el interior los Insfrán, Alperovich,
Capitanich, etc. Nada nuevo bajo el sol, los mismos que estuvieron con Menem y
después con Duhalde son los que hoy representan al kirchnerismo en su fin de
ciclo. Puro pejotismo, tal como entrevimos desde Libres del Sur cuando
decidimos abandonar este gobierno. Candidatos que ninguna diferencia tienen con
las otras expresiones que ha puesto en pie la derecha, como Macri o Massa.
Al irnos del kirchnerismo, el 6 de noviembre del 2008, en
otra editorial, también dijimos: "Producto de todo esto que expresamos y
describimos, una muy significativa cantidad de argentinos y argentinas, que
adhieren a ideas progresistas, al pensamiento nacional, que anhelan un país
desarrollado, mas justo y soberano, no se sienten representados políticamente
por el kirchnerismo; e incluso muchos de ellos llegan a ser -algunos mas y
otros menos- críticos del gobierno nacional. Allí entonces hay un vacío
político que los sectores populares tenemos la obligación de llenar. Si no
corremos el riesgo que, hábil confusión mediante, hagan pie en ellos los que
cuestionan al proyecto en curso -clara o encubiertamente- por derecha".
Desde ese entonces desde Libres del Sur hemos trabajado
esforzadamente por llenar ese vacío político. Para que hubiera una
representación política genuinamente progresista, lo mas amplia posible, que le
diera batalla a los que buscaban y buscan, desde el gobierno o la oposición, el
regreso de la derecha.
Confrontando contra el doble discurso de Cristina y la
mayoría de la dirigencia K. Con los Macri y compañía que iban ganado terreno.
También con los que, como Carrió, Sanz y parte de la dirigencia radical,
trabajaron para dividirnos y fortalecer a lo mas conservador. Una durísima
pelea que, lejos de haber terminado, está absolutamente en curso.
Han buscado desde los sectores de poder -con el gobierno
kirchnerista y su doble discurso como gran facilitador- y en cierta medida
logrado, instalar que los tres candidatos con posibilidades de llegar a la
Rosada son Scioli, Macri y Massa (al decir de Zulemita, todos hijos políticos
de su padre); y que las fuerzas progresistas estemos acorraladas luego de que
destruyeron UNEN. Pero les vamos a dar batalla, como hemos hecho todos estos
años. Mirando el presente, pero también el futuro.
La salida del ciclo K hacia la derecha es una desgracia para
el país. Que duda cabe. No hay que permitir entonces que suceda livianamente,
como pretende el establishment (el que está fuera del gobierno y el que está
adentro del mismo). Aun en la desventaja en que nos han puesto, hay que
confrontarlos; convocando a nuestros compatriotas a impedir un retroceso,
fortaleciendo el polo progresista en las próximas elecciones. Eso es el gran
desafío que tenemos en la hora actual.