Sin ninguna prueba concreta
Arroyo Salgado sigue con miedo e insiste en denunciar que Nisman fue asesinado
domingo 12 de abril de 2015, 13:35h
La jueza Sandra Arroyo Salgado, madre de las hijas del fiscal
fallecido Alberto Nisman, afirmó que ha sufrido "hechos
intimidatorios" y siente miedo, insistió en denunciar que el fiscal fue
asesinado y consideró que en el esclarecimiento de su muerte está en juego la
credibilidad de la Justicia
argentina. La jueza sigue mediatizando el caso, algo que había pedido
encarecidamente que no se hiciera...
"Estoy con miedo, con preocupación", dijo la
jueza, querellante en la causa que investiga la muerte de Nisman en
representación de las dos hijas que tuvieron juntos.
"Hemos tenido algunos hechos que entendemos
intimidatorios, en distintos ámbitos. No estamos bien, estamos con miedo",
insistió la ex pareja de Nisman, encontrado el 18 de enero con un disparo en la
cabeza en su domicilio, en circunstancias aún sin aclarar, después de denunciar
a la presidenta , Cristina Fernández, por encubrimiento de
terroristas.
Arroyo Salgado comentó que ha tenido que reforzar la
custodia asignada a su familia, durante su participación en el programa
televisivo que conduce Mirtha Legrand.
"Esta muerte no favoreció a nadie, a partir de este
hecho se vive con miedo, con inseguridad", dijo la magistrada, convencida
de que "esto fue algo muy sofisticado" y que, en este caso, "es
mucho lo que está en juego, se trata de la credibilidad de la gente en la
capacidad de respuesta de la
Justicia".
La jueza, que convivió durante 17 años con Nisman, reiteró
que las investigaciones de los peritos de la querella confirman la hipótesis
familiar de que el fiscal fue asesinado, pese a que la investigación oficial no
descarta la posibilidad de un suicidio.
Arroyo denunció una "campaña de desprestigio
mediático" contra la figura de Nisman, y lamentó que el caso se haya
transformado en un "circo mediático" mientras se dilata la
investigación de las pruebas, como el análisis de las cámaras de seguridad del
complejo en el que residía el fiscal.
"Todo el tiempo que pasa conspira contra la
responsabilidad de los autores de este hecho, que ha impactado de lleno en la
institucionalidad de nuestro país", afirmó.
Confió en que la convocatoria de una junta médica, en la que
los peritos oficiales y los de la querella podrán discutir sus discrepancias
sobre las circunstancias en que murió Nisman, permitan arrojar luz sobre el
caso.
A su juicio, en la investigación oficial no se ha tenido
suficientemente en cuenta el contexto de Nisman, el fiscal que investigaba el
atentado contra la mutua judía AMIA y que murió después de denunciar a la
presidenta Fernández por encubrimiento de los sospechosos iraníes de la
agresión.
La muerte de Nisman "está íntimamente vinculada a su
actuación como fiscal que estaba investigando el atentado de la AMIA", agregó, "es
como que nuestro Estado y nuestro sistema judicial sigue sin poder dar
respuesta".
Se refirió también a Diego Lagomarsino, colaborador
informático del fiscal y único imputado en la causa por entregarle la pistola
que acabó con su vida, para subrayar la importancia de investigar la cuenta que
compartía con Nisman en un banco de Estados Unidos.
"Es un elemento sumamente importante para la
investigación porque habla de una relación de confianza, de una relación
funcional o de conocimiento que va bastante más allá de lo que se había
declarado", apuntó.
La jueza reveló también que el abogado de Lagomarsino,
Maximiliano Rusconi, le ofreció sus servicios días después de la muerte de
Nisman, y antes de que se presentara públicamente como defensor del
informático.
Según la investigación oficial, Lagomarsino sería la ultima
persona que vio con vida a Nisman, el sábado 17 de enero por la tarde, cuando
le entregó su arma.
Alberto Nisman fue encontrado con un disparo en la cabeza en
el baño de su casa en vísperas de acudir al Congreso para detallar la denuncia
contra la presidenta, que ha sido desestimada por dos instancias judiciales en
Argentina.