11 años de los DDHH como política de Estado
miércoles 25 de marzo de 2015, 07:50h
¿Se acuerdan cuando los genocidas de la dictadura no eran
penados por sus crímenes?, cuándo bajo un concepto de "reconciliación nacional"
se promovía la cultura de la impunidad imponiéndola mediante leyes y decretos?
Se acuerdan cuando un grupo de Abuelas desafiaba el olvido y el silencio con la
fuerza del amor a sus hijos desaparecidos y a sus nietos robados? En esa misma
época se recortaban las jubilaciones aumentando la vulnerabilidad de nuestros
jubilados, se dictaban leyes de flexibilización laboral que echaban por tierra
los derechos de los trabajadores y no existían las paritarias. Ese es el modelo
de Estado que daba la espalda a los Derechos Humanos, que daba la espalda a su
pueblo y a su historia. Desde el 2003 nuestro país ha adoptado a los Derechos
Humanos como una política de Estado y esto significa luchar contra la exclusión
social, ampliar derechos y generar mayor igualdad. Hoy el Estado garantiza
plena cobertura de salud a las madres embarazadas y a sus hijos desde la
gestación. Hoy los niños, niñas y adolescentes de nuestro país tienen una ley
de protección integral de sus derechos. Hoy los trabajadores tienen paritarias
y acceso a un trabajo digno con leyes que los protegen. El Estado se hace
presente brindando también la Asignación Universal Por Hijo, haciendo posible
que más personas puedan jubilarse y que los jubilados tengan una jubilación
digna. Gracias a leyes como el matrimonio igualitario y la identidad de género
todos tenemos los mismos derechos.
Para llegar a un Estado como el que hoy conocemos, este
debía saldar su deuda por el Terrorismo de Estado. Ese mismo Estado que se
había vuelto en contra de sus propios habitantes provocando la desaparición,
tortura, asesinato y exilio de parte de su pueblo, que había suspendido la
actividad política y sindical, que prohibió a los partidos políticos y las
funciones del Congreso de la Nación, tenía que recuperar su fundamento ético
para ser un verdadero Estado de Derecho y lo hizo abrazando los principios de
Memoria, Verdad y Justicia. El compromiso político del gobierno nacional con la
lucha de los Organismos de Derechos Humanos significo el fin de la impunidad.
Se declaró la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Se
reabrieron las causas judiciales para juzgar a los genocidas. Se señalizaron
los centros clandestinos de detención, se creó el Archivo Nacional de la
Memoria, se creó en la Ex ESMA un espacio para la memoria y promoción de los
derechos humanos. Muchos de nosotros recuperamos nuestra identidad robada y con
ello la sociedad toda recupero su derecho a la verdad.
¿Quién puede atreverse a negar o ignorar la importancia
práctica de estas políticas públicas? ¿Quién puede negar el compromiso del
Estado Argentino gracias a este gobierno con el respeto a todos los derechos
humanos?, de una manera transversal se protegen los derechos políticos y
civiles, los económicos, los sociales, los culturales y los derechos humanos
denominados de tercera generación como son los derechos del consumidor y del
medio ambiente.
Nadie nos puede quitar la dignidad, que es inherente a cada
persona. Pero para que la misma se materialice necesariamente debe tener un
reconocimiento por parte de la legislación y los instrumentos legales adecuados
que creen condiciones para que cada persona pueda gozar plenamente de sus
derechos. Y este ha sido el camino que nuestro gobierno siguió al comprender a
la dignidad humana en su alcance de derecho humano. Hoy podemos decir con toda
seguridad que el Estado Argentino cumple su rol de proteger al pueblo, que está
en el corazón de las políticas públicas que impulsa nuestro gobierno.