De no creer
El juez Griesa declaró en "desacato" a la Argentina en el litigio con los fondos buitre
lunes 29 de septiembre de 2014, 18:15h
El juez de Nueva York Thomas Griesa declaró a Argentina en
desacato por sus intentos de violar la cláusula de pago simultáneo a los
bonistas y se reservó el derecho a imponer sanciones.
Al justificar su fallo, el magistrado estadounidense también
consideró en desacato el intento de las autoridades del país latinoamericano de
llevar el caso a la ley argentina con su última propuesta de reestructuración.
Durante la vista celebrada en un tribunal de Manhattan,
Griesa aseguró que Argentina "ha evitado, intentado no cumplir y casi
ignorado" las órdenes del juzgado, motivo por el que decidió declarar al
país "en desacato".
En cuanto a las posibles sanciones económicas a las que se
enfrenta Argentina por este desacato, el juez se reservó la decisión para más
adelante pese a que los fondos especulativos habían pedido que fuera de unos
50.000 dólares diarios.
La cláusula "pari passu" ordenada por Griesa el 23
de febrero de 2012 no permitía a Argentina pagar a los bonistas que aceptaron
los canjes de 2005 y 2010 sin hacer un pago equivalente a los tenedores de
bonos no reestructurados, los llamados fondos "buitres".
Sin embargo, el Gobierno argentino giró el pasado 26 de
junio aproximadamente 1.000 millones de dólares a los bonistas reestructuados,
algo que fue bloqueado por el magistrado.
De esos 1.000 millones, poco más de la mitad (unos 534
millones) quedaron en el agente de pago contratado por Argentina para estos
bonistas, el Bank of New York Mellon (BoNY), que acató la orden del juez Griesa
En una nueva propuesta de reestructuración planteada por el gobierno de Cristina Fernández, Argentina intentó cesar al BoNY como agente de
pago y trasladar esa responsabilidad a la entidad pública Nación Fideicomiso.
Precisamente el Gobierno argentino, a través de su
embajadora en Washington, envió una carta a las autoridades estadounidenses en
la que consideraba "inconcebible" que un juez de este país pudiese
declarar a un Estado extranjero en desacato.
En esa misiva, el gobierno advierte de que cualquier
decisión que frustre la reestructuración supondría "una ilegítima
injerencia en los asuntos internos del país y comprometería la responsabilidad
internacional de Estados Unidos".