Cuando los caranchos mediáticos se ensañan con las
juventudes, cuando los poderes hegemónicos denigran el hecho de serlo, cuando
marcan desde incompetencia hasta inmadurez, cuando atacan con la falta de
experiencia y la sobrecarga de idealismo, están desnudando sus propias
miserias, su falta de sueños, su negación biológica a la realidad, intentando
detener lo indetenible, como es la irrupción de las nuevas generaciones, en el
espación político, cultural , económico, social y filosófico, de nuestro país.
Sin embargo éramos jóvenes estigmatizados, cuando la
politica nos convocó a las grandes gestas nacionales, igual que ahora, pero
pese a ello combatimos las dictaduras militares, ofreciendo nuestra cuota
de dolor, por miles de los nuestros, a
la Argentina, recuperando la democracia que aún hoy disfrutamos en nuestro
otoño . Ni hablar de nuestros héroes de Malvinas, con sus 19 años promedio
luchando contra el león ingles profesionalizado, con el entusiasmo de saberse
defendiendo la Patria., sin embargo los trataron de minimizar, los llamaron
"los chicos de la guerra", en vez de denominarlos los "gigantes
del valor". Siempre se minimizó, denigró y desautorizó a los jóvenes, se
trató de impedir su ascenso profesional, político o militante. Les endilgaban
el latiguillo "el futuro será de ustedes", pateando hacia adelante
decisiones que requerían participación plena en las decisiones de los jóvenes,
no sólo movilización, agitación ni propaganda. El uso de la juventudes para
mano de obra barata de personajes políticos que intentan evitar el recambio
generacional, es una constante.
También sabe los enemigos de la Nación que los jóvenes son
inflexibles, mas duros, menos negociadores, mas dogmáticos en la práctica
política, por eso les temen. Temen que no reconozacan el juego del toma y daca
habitual, de la negociación constante aún con los enemigos o que es negociación
transcurra en andariveles correctos de defensa de los intereses de la Patria.
No los quieren sentados en la mesa de los grandes, intentan discriminarlos y
subordinarlos, quieren conducirlos desde la historia, no desde la persuación
que da la prédica del conductor. El peronismo sabe de esto, tuvimos un maestro
único, el General Perón, cuya variable del tiempo como corrector de errores
permitió a los jóvenes de entonces formarse, capacitarse, entusiasmarse y soñar
un futuro mejor, siendo albañil de sus propia realidad como pueblo.
Otros plantean que los de hoy, no son jóvenes como los de
ayer. Que tienen la mesa servida de la democracia, con salarios y trabajos en
el estado. Que mejor realidad que la expresión de nuestras luchas hechas
realidad, ¿o no luchábamos por una democracia plena en dictaduras..?, ahora le
vamos a endilgar a los jóvenes esa realidad que desde hace 31 años gozamos
todos los argentinos y debemos cuidar como el oasis del desierto, que no se
seque, que siga emergiendo, con nuevas generaciones democráticas, integradas,
luchadoras, educadas, esclarecidas, como las que hoy avanzan en la escena
nacional
Bienvenida sea la juventud, comportémonos como abuelos que
somos ante que como competidores. Los abuelos enseñan virtudes, caminos,
muestran escenarios que no vamos a ver, predican y siembran futuro. Dsifrutemos
esta juventud que hoy no da un baño de emoción y alegría, porque demuestran con
su presencia que hay una Argentina mucho mejor, mas protagonista de su destino,
menos sumisa, menos dependiente, menos triste. Vemos en ellos el peronismo revivo las patas en las fuentes, el subsuelo de la Patria movilizado, el
comrpomiso y la voluntad política como motor de utopías. Gracias, muchas
gracias a la juventud de hoy, por saberse parar en la cresta de las decisiones,
protagonizar la historia, forjar el presente y caminar al futuro.
JORGE
RACHID