¡Argentina semifinalista del mundial!

 
Ante el rival más difícil que enfrentó en el mundial, el equipo puso en cancha todos sus pergaminos. No se había jugado bien hasta el momento, las dudas eran mayores que las certezas, y Bélgica aparecía como el cuco del torneo y se hablaba más de jugadores que la gente en Argentina desconocía y que parecían la reencarnación de Maradona y Pelé.


Pero Bélgica sabía que se tenía que enfrentar a Messi y compañía, y que no era lo mismo que tener a Estados Unidos como rival. Y eso pesó. Por eso no extrañó que a los ocho minutos tras un arranque de Messi, lo ubicó a Di María, quien habilitó al Pipita Higuain que sacó el libro de goleador para pegarle desde el borde de área de primera y dejarla lejos del gigante Courtois,


El conjunto europeo se dio cuenta que ya no podía esperar, y salió a buscar con todo la igualdad. Argentina se replegó de manera peligrosa, aunque impidió que los belgas llegaran con peligro, aguardando la oportunidad para meter alguna estocada de contrataque. La tuvo, pero en vez de ser beneficiosa terminó dejando al equipo sin una de sus figuras, ya que Messi lo habilitó de forma bochinesca, y Di María tras correr toda la cancha terminó pagando el esfuerzo de su pique y tuvo que salir de la cancha por una molestia muscular.


El ingreso de Enzo Pérez le dio más orden en el medio, y el equipo se hizo dueño de la pelota los últimos quince de la primera etapa, sin crear peligro pero alejando a los europeos de cualquier chance de igualdad. En esa parte, Messi en sus pies tuvo un tiro libre muy riesgoso, pero su remate se fue muy cerca del travesaño.


En la segunda etapa Bélgica se fue con todo en búsqueda del empate y Argentina volvió a perder la pelota, y a apostar al contrataque. Al principio nomás un enchufadísimo Higuain en una acción personal, dejó en el camino a Compañy con un delicioso caño y su remate pegó en el travesaño.


Bélgica no encontraba los espacios, ante una Argentina cada vez más cerrada, y Mascherano muy bien acompañado por Biglia, cerraban todos los caminos para los avances belgas.


A los veinticinco salió un extenuado Lavezzi, y Palacio no entró en el ritmo que tenía el Pocho, aunque Bélgica cada vez más desesperado comenzaba a tirar pelotazos al área para aprovechar la altura de sus futbolistas, aunque Garay y Demichelis se complementaron muy bien para arrgeglarse ante las torres belgas.
 
A los 35 Sabella volvió a hacer de las suyas y colocó a Gago por Higuain, jugándose a cerrar el partido en los noventa, ya que si los belgas empataban realmente se iba a complicar en un hipotético suplementario.


El cansancio se hacía notar, y los cinco minutos que dio el italiano se hacían eternos. Messi se perdió un mano a mano ante el arquero belga -que lo tiene de hijo y festejó como si hubiera jugado el mundial- y en la última Bélgica se perdió la igualdad.


Sufriendo, como no podía ser de otra manera, pasamos a las semifinales, pero así también se disfruta más.


El 9 de julio, en el tan emblemático Día de la Independencia se irá en busca de un paso más. Los jugadores están, la actitud también, y por eso está permitido soñar. Para analizar habrá tiempo, hoy solo queda festejar.