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 Del efecto manada a la jauría

Del efecto manada a la jauría

miércoles 02 de abril de 2014, 13:58h
Me niego a ser considerado ser humano, igual que aquellos que amparados en una cobardía e impunidad sin límites, son capaces de agredir y matar al sentirse protegidos por la multitud, a una persona, en general joven, que puede ser o no ladrón y que tiene, como todos los "seres humanos" derecho a la defensa y la justicia.
 
 
 
Repudio los que llaman a esa masacre inhumana..., "justicia por mano propia", nada tiene que ver con la justicia un acto no sólo repudiable sino condenable con las mismas calificaciones penales que cualquier otro homicidio, solo que en este caso agravado por ser en tumulto y en concurso con otros.
 
 
 
Rechazo profundamente la cobertura mediática constante, repetida, condicionante, actuando como taladro las 24 hs del día, en personas que viven solas, cuyo único contacto con la realidad es el chupete electrónico, que machaca el desánimo, el miedo, el temor, la violencia generando un ambiente convulsivo, funcional a la Teoría del Caos, acompañada por la deslegitimización política, una oposición que plantea, aunque gobierna justamente en la capital, desprotección del estado, dirigentes que justifican la violencia echando leña al fuego con total irresponsabilidad, pero que al mismo tiempo son incapaces de plantear la "pena de muerte" al carterista. También son cobardes, como los de la manada, porque tiran la piedra y esconden la mano, siguen la jauría creyendo juntar votos, justifican porque se suman al coro de terceros interesados, los verdaderos dueños de la estrategia de poder del Caos.
 
 
 
¿Imaginamos el linchamiento de quienes les robaron a los jubilados y pensionados de compatriotas mas de 170 millones de dólares, con las AFJP y las acciones de Clarín, que quebraron las ilusiones de "la capitalización individual" de los fondos previsionales? No imagino a Magneto, Aranda, Brito, Moneta entre directivos y banqueros corridos por una multitud por la calle y agredidos y pateados, sus coches dados vuelta e incendiados, por el dolor producido sumado al corralito que se quedó con sus depósitos y de la impotencia de observar como con el megacanje del 2001 que le llevó a los bolsillos de 4 o 5 directivos mas de 130 millones de dólares, de créditos de 20.000 millones de u$s, que nunca entraron porque fueron directo al pagar deuda de los mismos que prestaban. ¿ Se imaginan uan situación asi, justificada porque el estado no actúa?
 
 
 
Son capaces de llamarse seres humanos estos cobardes, asesinos e impunes, que actúan como perros o lobos en jauría, que si están solos no atacan, por eso cobardes, porque en general los perros y  lobos defienden territorio pero no matan, estos si por eso asesinos e impunes, porque avanzan sobre el cuerpo caído, escondiendo sus rostros, autojustificandose de esos hechos inexplicables desde la racionalidad cotidiana, porque rompen el acuerdo social que nos diferencia de los animales.
 
 
 
Que lástima y dolor tengo, porque pensaba escribir sobre la gesta de Malvinas, de nuestros héroes, nuestros mártires, esos hombres y mujeres ninguneados por la historia durante años, muchos de ellos de tez oscura, morochos, pobres, del interior argentino profundo que no dudaron en dar la vida o arriesgarla por la Patria, mientras los linchadores de hoy, que atacan con saña a estos mismos jóvenes, estigmatizándolos, miraban el mundial de fútbol por televisión, anestesiados, como hoy por un mundo de imágenes, lejos del mundo real, lavando la conciencia, como hoy con justificaciones de accionar poco comprometido con la sociedad, desde lo individual y lo egoísta.
 
 
 
Renuncio entonces a denominarme "ser humano" igual que estas bestias, renuncio a llamarme militante político igual que los justificadores de los agresores, no renuncio a llamarme peronista que seguirá luchando por los derechos humanos, la ampliación de derechos sociales, la emancipación, la justicia social y la soberanía política, por lo cual denigro a quienes se llaman, políticos, llegando genuflexos a EEUU,  soplones de la embajada,quienes se niegan a discutir las reformas estructurales de fondo, como el Código Penal, que necesita la Argentina y son capaces de vender la madre que los parió, la doctrina peronista, por llegar a cualquier lado, aúna costa de sangre ajena, como la de estos jóvenes vejados por jaurías llamadas humanas.
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