Rubalcaba dice que "el PSOE ha vuelto". ¿Para quedarse?
domingo 10 de noviembre de 2013, 13:33h
Eufóricos, pero con las mismas incertidumbres que cuando
entraron. Así salió, me parece, la mayoría de los más de dos mil asistentes a
la Conferencia política del PSOE tras escuchar, interrumpiéndole casi una
veintena de veces para aplaudirle, el discurso de clausura del secretario
general, Alfredo Pérez Rubalcaba. Reivindicó los valores tradicionales de su
partido, lanzó mensajes de solidaridad, igualdad y casi fraternidad, levantó de
sus asientos a los asistentes, aseguró que "el PSOE ha vuelto"...pero,
como era de esperar, y casi de temer, ni una palabra sobre sus planes de futuro
personal. Así que las incógnitas fundamentales, más allá de los cambios legales
y estructurales que formarán parte del proyecto con el que los socialistas
concurrirán a las elecciones, siguen. Y se resumen en dos: ¿cuándo empezará la
competición interna para ver quiénes quieren encabezar el cartel socialista
frente a la "derecha desalmada" (definición del orador)? Y ¿será el
propio Alfredo Pérez Rubalcaba uno de los candidatos?
Debo reconocer que me precipité cuando, hace dos días,
escribí un 'adios, Rubalcaba, adios', que resumía el estado de espíritu de no
pocos militantes, simpatizantes y, por supuesto votantes del PSOE: no he
hablado con nadie en este multitudinario y bastante disciplinado cónclave que
no me haya admitido que Rubalcaba, el mejor activo del partido -y bien que lo
demostró con su fogosa oratoria este domingo--, es ya, más que la solución, el
principio de un problema. Y no faltaba
quien esperase algún guiño, en este discurso final, en el sentido de que él,
tras haber propiciado, y es de aplaudir, la renovación del partido, no estará
en la carrera de las primarias.
Nada hubo de eso, a pesar de que son multitud los
convencidos de que el actual secretario general, que lleva décadas en la
política y ha pasado por todos los puestos menos por la presidencia del
Gobierno, no estará en la carrera interna cuando, quizá en el otoño de 2014, se
celebren las primarias 'abiertas', es decir, limitándose a inscribirse quien
quiera votar en una lista de simpatizantes del socialismo y pagando dos euros
por introducir la papeleta en la urna.
Más o menos como en Francia en la pugna entre Hollande y Aubry. Pero de
eso a entonar ya el 'adios, Rubalcaba'
se ve que va un abismo. No había sino que ver la parafernalia que
precedió a su discurso, rodeado de un centenar de militantes de las Juventudes
Socialistas en un escenario por completo triunfalista, que ayudaba a la falta
de autocrítica de la que el secretario general hizo gala.
Hizo, qué duda cabe, un gran discurso para entusiasmar a los
presentes, que a eso iban. No sé si las excesivamente vagas medidas enunciadas
como resultado de la Conferencia convencerán al resto del electorado, pero
ahora es cuando empieza ese futuro que Rubalcaba diseña rosado -como el color
del escenario-para los socialistas.
¿Se ha producido un
giro a la izquierda, con ataques de la mayor dureza conocida contra el actual
Gobierno y que alejan cualquier posible acuerdo entre los dos grandes partidos?
Me parece pronto para decirlo, y es una más de las muchas incertidumbres que
salen del concurrido acto en el palacio de Exposiciones del ferial madrileño.
Esta Conferencia ha querido resucitar algunos ánimos caídos, reafirmar a los entusiastas y lanzar un cabo a los reticentes, a los
desengañados, a los huidos hacia otras latitudes. No sé si Rubalcaba ha logrado
todo eso, que falta hacía. Sí ha logrado, desde luego, aplazar el anuncio de su
decisión, y que nadie le interpele por ello. El PSOE, como él dijo, ha vuelto.
¿Para quedarse...él mismo? Yo, personalmente, no lo creo; el PSOE ganará o
perderá las próximas elecciones, pero será otro rostro el que las gane o las
pierda. Al tiempo.