En Río
Francisco condenó la "plaga del narcotráfico" y cargó contra los "mercaderes de la muerte"
miércoles 24 de julio de 2013, 23:00h
El papa Francisco lanzó un enérgico mensaje contra los
"mercaderes de la muerte" y se pronunció en contra de la
liberalización del consumo de drogas, en el marco de la Jornada Mundial de la
Juventud que se celebra en Río de Janeiro.
El duro pronunciamiento fue realizado esta tarde por el papa
argentino durante su visita al Hospital San Francisco de Asís de la
Providencia, especializado en la atención de jóvenes drogadependientes, ubicado
en el barrio carioca de Tijuca.
"¡Cuántos mercaderes de muerte que siguen la lógica del
poder y el dinero a toda costa! La plaga del narcotráfico, que favorece la
violencia y siembra dolor y muerte, requiere un acto de valor de toda la
sociedad", exclamó Francisco.
En su discurso, el papa dijo que "no es la
liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes
de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la
dependencia química".
En cambio, exhortó a "afrontar los problemas que están
a la base de su uso, promoviendo mayor justicia, educando a los jóvenes en los
valores que construyen la vida común, acompañando a los necesitados y dando
esperanza en el futuro".
De regreso del santuario de Aparecida, donde esta mañana
celebró una emotiva misa, Francisco llegó esta tarde al hospital que inaugurará
un Polo Integrado de Salud Mental para la recuperación de jóvenes
toxicodependientes, financiado por la Conferencia Episcopal Italiana, con 2
millones y medio de reales.
"Dios ha querido que, después de Aparecida, mis pasos
se encaminarán hacia un santuario particular del sufrimiento humano", dijo
el pontífice al iniciar su mensaje, dirigido a médicos, enfermeros, agentes
sanitarios, jóvenes pacientes y sus familiares que colmaban el lugar.
Tras destacar las cualidades de San Francisco de Asís en
favor de los más sufrientes, el papa dijo que "en este lugar de lucha
contra la dependencia química, quisiera abrazar a cada uno y cada una de
ustedes que son la carne de Cristo, y pedir que Dios colme de sentido y firme
esperanza su camino y también el mío".
"Todos hemos de aprender a abrazar a los necesitados,
como San Francisco. Hay muchas situaciones en Brasil, en el mundo, que
necesitan atención, cuidado, amor. Sin embargo lo que prevalece con frecuencia
en nuestra sociedad es el egoísmo", añadió.
Dirigiéndose a los jóvenes en particular, el Santo Padre les
dijo: "miren con confianza hacia adelante, su travesía es larga y
fatigosa" y, en una frase ya repetida varias veces en su ministerio,
agregó: "no se dejen robar la esperanza".
También dirigió un mensaje especial a los familiares de los
pacientes, a quienes les dijo que la iglesia "no es ajena a sus fatigas,
sino que los acompaña con afecto".
Uno de los momentos más emotivos del encuentro se produjo
cuando dos jóvenes pacientes dieron su testimonio y luego se fundieron en
sentidos abrazos con el papa.
Uno de los jóvenes relató que hace 1 año y 3 meses que se
encuentra en tratamiento luego de "usar las drogas todos los días sin
interrupción", lo que lo llevó a "dejar de lado todas las
responsabilidades, como padre y como hijo".
Gracias al tratamiento, el joven dijo que volvió a amar y a
ser amado: "Se me devolvió la vida y la dignidad", agregó.
Al llegar al hospital, el papa fue recibido por el arzobispo
de Río, Orani Tempesta; el secretario de Estado para la Salud, Sérgio Luiz Côrtes
Da Silveira; y el director ejecutivo del hospital, el doctor Italo Marsili.
Francisco primero pasó por la capilla del hospital para
rezar y ofreció como regalo un juego completo de objetos litúrgicos artesanales
de loza de barro de Deruta, Italia, decorada a mano.
En tanto, el ambón y la silla utilizados por el papa durante
la visita fueron realizados por pacientes del propio hospital.
Según informaron los organizadores de la JMJ, la visita del
papa al hospital se enmarca dentro del "legado social" de la jornada,
ya que el establecimiento brinda una atención integral del paciente,
considerando también su dimensión trascendente y religiosa.
El director ejecutivo del hospital, Italo Marsili, explicó
que sólo el 12 por ciento de los pacientes tratados en estructuras médicas
públicas logran superar la drogadicción, mientras esa proporción llega al 60
por ciento en instituciones que dan valor a la dimensión espiritual del
paciente.