Acuerdo YPF - Chevron: el decreto presidencial es inconstitucional,
miércoles 17 de julio de 2013, 11:12h
Desde hace años, tanto los expertos independientes como los
partidos de oposición venimos señalando que la política energética del gobierno
nacional conducía inevitablemente a un colapso. Ese colapso ya llegó. Con su
mirada corta, congelada en un eterno presente, el populismo se comió los
stocks, como también ocurrió en materia agropecuaria y en tantas otras. La
merma de la producción local obligó a importar crecientes cantidades de
hidrocarburos, lo que determinó el fin de una balanza comercial favorable y una
ausencia de divisas que el Gobierno pretende evitar a través de absurdos
artificios, como el "cepo" cambiario.
En mayo de 2012, el mismo partido que había privatizado YPF
decidió estatizarla.
Se proclamó la "soberanía hidrocarburífera", pero la
producción de la empresa nacional no subió significativamente. La exploración y
extracción de petróleo y gasdemandan cuantiosas inversiones que el Estado no
está en condiciones de afrontar. En ese contexto, el capital privado es
imprescindible. No hay ninguna soberanía en tener el petróleo y el gas dormidos
bajo nuestro suelo.
La soberanía está, más bien, en autoabastecerse y no tener
que importar lo que nuestro suelo nos provee.
Pero, la atracción de inversiones requiere de un marco de
seguridad jurídica que el Gobierno se empeña en dinamitar cada día. El reciente
Decreto 929/2013, que crea un régimen promocional para la inversión en
hidrocarburos, es inconstitucional.
La Presidenta se arrogó atribuciones que le pertenecen al
Congreso, dado que las delegaciones que antes usaba -como las del Código
Aduanero- caducaron en 2010, cuando se dejó de prorrogar la delegación
preexistente a la reforma constitucional de 1994. Además, la ley de "soberanía
hidrocarburífera" tampoco contiene delegación alguna. Bajo la forma de un
decreto reglamentario, el Poder Ejecutivo está legislando sin autorización
legislativa. ¿Por qué no se le da intervención al Congreso, que está en
sesiones ordinarias? ¿Se quiere volver sobre el camino de "la 125", cuando por
una resolución ministerial se modificaron impuestos a la exportación? Aquí por
medio de un decreto se modifica la ley de hidrocarburos, el código de minería,
etc.
No se trata de meros devaneos de juristas. La misma empresa
Chevron, para la que se crea este régimen, debería ser la primera interesada en
que sus inversiones estuvieran protegidas por reglas claras y permanentes.
Un decreto inconstitucional no es una garantía suficiente,
ni el medio de atraer inversiones de otras empresas que seguramente esperan un
marco legal sólido antes de invertir en un país que ha hecho gala en los
últimos años de alterar las reglas de juego en forma constante.