Argentina y los fondos buitre: las vueltas legales del "juicio del siglo"
domingo 14 de julio de 2013, 21:01h
Los actores del mercado financiero internacional aguardan
con alta expectativa el fallo de la
Cámara de Apelaciones de Manhattan sobre el mecanismo de pago
en el juicio que enfrenta la
Argentina contra los fondos buitre por títulos en default,
aunque se descuenta que la cuestión judicial llevará tiempo debido a que, sea
cual sea la decisión, cualquiera de las partes apelará la medida.
El eje del debate es
la sentencia del juez Thomas Griesa que el pasado 26 de octubre dictaminó que
Argentina violó el tratamiento igualitario a los acreedores -pari passu- al
haberle abonado a bonistas del canje con descuento, y no a los holdouts que
piden el 100%.
La orden judicial esperada, por lo tanto, resolverá si los
bonistas del canje, terceros afectados en la disputa entre el país y los fondos
buitre, finalmente podrán o no continuar recibiendo los pagos de la Argentina, vía el Bank
of New York.
En este último caso sería el más drástico, y obligará al
Gobierno a cambiar las ruta de pago, si bien ratificó su decisión de seguir
abonando a los tenedores que ingresaron al canje.
Desde el Gobierno se mantienen expectantes, pero toman el
proceso con mayor calma: por un lado, estiman que en un escenario de un fallo
adverso para el país, que confirme el método de pago del juez Thomas Griesa, la Cámara otorgaría al
soberano un "stay", una medida cautelar que impedirá que se ejecute
la pena hasta que el caso se defina en la Corte Suprema.
Por otro lado, no se descarta la posibilidad de que la Cámara opte finalmente por
esperar el veredicto de la
Corte Suprema, acerca de la apelación que ya realizó la Argentina en junio
último, sobre el fallo del 26 de octubre del 2012.
La situación hoy es que nadie sabe a ciencia cierta qué
puede ocurrir y cuándo: es verano en Nueva York, pero no existe un calendario
de feria judicial, pese a que los jueces suelen tomarse vacaciones.
Por otro lado, en agosto sucederá el recambio de
secretarios, en total para esta causa son nueve (tres por cada juez de la Cámara), que serán
reemplazados por otros pasantes.
Así la cosas, hay
quienes aventuran que sería probable que la Cámara falle antes de fin de julio, antes del
recambio de secretarios, si bien aún con este escenario el desenlace del juicio
demandará meses, ya que las partes tendrán la opción de apelar.
Otros, en cambio, especulan con que si la Cámara se tomó todo este
tiempo desde noviembre último para avalar o rechazar el método de pago de
Griesa (de pagarle a los fondos buitre con dinero de los bonistas del canje y
de involucrar a las entidades intermediarias), podría pasar la pelota y esperar
directamente el veredicto de la Corte Suprema.
Antes, el máximo tribunal debe analizar si toma o no el
caso, lo cual históricamente no sucede antes de octubre.
Si la
Corte Suprema lo toma, y acepta luego el planteo argentino,
de que el país no violó el tratamiento igualitario a los acreedores, la Cámara podrá desentenderse
de continuar con la orden judicial.
Ya lo indicó el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, esta
semana en declaraciones a la prensa: "Si la Corte Suprema acepta
tratar el caso de fondo sobre la violación del pari passu y da la razón al
país, se cae el reclamo de los buitres, la demanda que está en curso se vuelve
abstracta", afirmó el funcionario en declaraciones radiales.
Por último, no hay que perder de vista lo que está
sucediendo en Europa. Un fallo en Alemania descartó el planteo de un bonista
germano de que la Argentina
violó el "pari passu", el mismo eje de la demanda de los fondos
buitres en EEUU.
En Bélgica, bonistas europeos del canje pidieron protección
a la Corte
belga con el argumento de que, si prospera el fallo de Griesa, se violará el
principio de que ninguna Corte de ningún país puede obligar a otros a
abstenerse de hacer actos en otros estados regulados con otras leyes.
La Corte
belga tomó nota pero rechazó el planteo porque no consideró prudente
adelantarse a un fallo que aún no está confirmado por la Cámara, ni en ejecución,
por lo que mantuvo la cuestión de fondo en suspenso.