El mejor amigo de la corrupción: Falta de una ley de acceso a la información
lunes 27 de mayo de 2013, 23:17h
Las
acusaciones que rodean a Lázaro Báez sobre sus vínculos con Néstor y Cristina
Kirchner resuenan de distinta manera en la cabeza de cada ciudadano, pero
indudablemente generan un clima en dónde la preocupación por la corrupción ha
vuelto a ser una de las principales para la ciudadanía.
Al
respecto, tenemos que destacar que la lucha por la transparencia de la función
pública implica necesariamente la existencia de una ley de información pública,
de la que por ahora la Argentina carece dada la explicita oposición del
gobierno nacional para aprobarla.
En
diciembre del año pasado perdió estado parlamentario la media sanción que el
Senado de la Nación había dado al proyecto de ley de acceso a la información en
2010.
Ese
mismo año desde la Cámara de Diputados habíamos trabajado en conjunto con otras
fuerzas opositoras en la elaboración de un proyecto de ley que recogió los
aportes de distintos sectores de la sociedad civil y las recomendaciones de la
Ley Modelo de Acceso a la Información Publica de la OEA, pero que
lamentablemente no contó con la venia de la bancada kirchnerista para
aprobarlo. Mantenemos desde entonces nuestro reclamo sobre la necesidad
imperiosa de sancionar una ley nacional de acceso a la información pública.
Contar
con legislación avanzada en esta materia permitiría mejorar la calidad de
nuestra democracia y aumentar la capacidad de los ciudadanos para controlar el
accionar de los funcionarios.
Una ley
de acceso a la información habilitara, entre otras cosas, a cualquier ciudadano
a conocer detalladamente las declaraciones patrimoniales de los funcionarios,
controlar la ejecución del presupuesto de cada dependencia estatal y acceder a
estadísticas fidedignas acerca de cada área.
En
otras palabras, esto permitiría, por ejemplo, conocer las estadísticas
completas sobre criminalidad, el destino detallado de los miles de millones de
pesos que distribuye mensualmente el Estado en subsidios, y los fundamentos,
objetivos y decisiones detrás de las políticas públicas.
A casi
una década de la aprobación del Decreto 1172 de acceso a la información,
firmado por el presidente Néstor Kirchner, la Argentina es uno de los pocos
países de América Latina que no cuenta con legislación en esta materia.
El
decreto vigente representó un avance, pero es claramente insuficiente puesto
que aplica solo para el Poder Ejecutivo y deja demasiada discrecionalidad a las
dependencias oficiales a la hora de brindar (o negar) la información requerida.
La
corrupción a pequeña y gran escala esta intrínsecamente relacionada con la
opacidad y la falta de transparencia. Una ciudadanía informada, que pueda
exigir rendiciones de cuentas por parte de sus funcionarios, podrá ejercer de
forma plena su derecho contar con un Estado eficiente y transparente. La ley de
acceso a la información pública es la herramienta para conseguirlo.