Me cuento entre la minoría que admite que las 'cumbres' iberoamericanas sirven de algo. Las 21 anteriores a esta que comienza en Cádiz este viernes, con todos los problemas que en algunos casos conllevaron, sirvieron para situar a España de manera destacada en la comunidad iberoamericana de naciones y para debatir al máximo nivel algunos de los problemas continentales, ya que no para producir resultados suficientemente concretos y tangibles. Ahora, las cosas han cambiado: ya casi nada volverá a ser como era, y la crisis ha afectado también a esta 'cumbre' número veintidós. Por eso mismo, se abren ventanas de oportunidades cuando se cierra la faraónica puerta de la grandilocuencia que caracterizó las conmemoraciones y fastos del Quinto Centenario del Descubrimiento, allá por la ya lejana fecha de 1992.
A Felipe González, con todos los errores e irregularidades que caracterizaron su largo mandato, hay que reconocerle el sentido de estadista protagonizando una ofensiva diplomática -y económica- de suma importancia mirando hacia América Latina, cuando la obsesión exterior española parecía situada casi exclusivamente en la por entonces creciente Unión Europea. Fueron los momentos de las grandes inversiones de las mayores empresas y bancos españoles, que ahora ven llegar los frutos del retorno... y también varios problemas puntuales con ciertos gobiernos 'peculiares' -vamos a decirlo así-, en especial los de la argentina Cristina Fernández y los de los 'bolivarianos' Chávez y, en menor medida, Evo Morales.
En estas dos décadas, varios países latinoamericanos han crecido espectacularmente, y la relación de fuerzas económicas con España ha variado. El propio Mariano Rajoy, en una entrevista concedida el pasado lunes a seis corresponsales latinoamericanos, llegó a pedir, a los Estados que hasta ahora han enviado inmigrantes a España, 'reciprocidad' a la hora de acoger a posibles emigrantes españoles. Y esta es, me parece, una de las claves de esta 'cumbre' gaditana, tras la cual la propia dinámica de estos actos va a experimentar profundas modificaciones por culpa de las restricciones presupuestarias: España se prepara para facilitar el viaje de jóvenes profesionales y licenciados para que desarrollen los primeros años de sus carreras en tierras americanas.
No se trata de propiciar, dicen las fuentes consultadas por quien suscribe, una emigración pura y dura en busca de un trabajo cualquiera de mera supervivencia, cosa que, dolorosamente, está ocurriendo ya con algunos países europeos: se trata de conseguir que no sean solamente las grandes empresas del Ibex las que se instalen en América, sino también muchas pymes que ha están implantadas en España y que desean salir fuera para ampliar y mejorar su negocio. Una vez más, el concepto de 'emprendedores' adquiere un protagonismo económico, ahora ante el acto diplomático más emblemático que afrontará España a lo largo de un año. No en vano el Rey, el presidente del Gobierno y varios ministros pasarán en Cádiz las próximas horas, entrevistándose con sus colegas latinoamericanos: la 'cumbre', por mucho que algunos sectores quieran denostarla por la presumible falta de resoluciones 'palpables', es un avance, otro avance al que habrá que sacar rendimiento
Especial Cumbre Iberoamericana: 
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