Llegó el 8N con la oposición sumándose a la protesta

"El 8N vayamos con una sola bandera, la argentina", tuiteó el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, uno de los dirigentes que más se ha pronunciado en favor de la marcha.

También se refirió  al tema el líder sindical Hugo Moyano, antiguo aliado del kirchnerismo y hoy enfrentado con Fernández, quien consideró que "el cacerolazo", como se conocen en Argentina este tipo de movilizaciones en las que se baten cacerolas, representa "un derecho que tienen los ciudadanos a manifestarse".

La movilización fue convocada a través de las redes sociales, y luego se sumaron los medios opositores de comunicación junto a dirigentes políticos,  tras el éxito de una marcha, el pasado 13 de septiembre, en la que los manifestantes protestaron contra la inseguridad, las restricciones al uso del dólar y las tentaciones de sectores del oficialismo por reformar la Constitución para abrir la puerta a una eventual reelección de Cristina Fernández.

En vísperas de la convocatoria, más de un centenar de diputados opositores aparcaron sus diferencias y suscribieron el martes un compromiso para frenar una posible reforma de constitucional.

Cristina Fernández, que inició su presidencia en 2007, fue reelegida para un segundo mandato el pasado año con un 54 por ciento de los votos.

Dentro de los manifestantes se mezclarán desde gente de derecha que sueña con la vuelta de los militares -como la polémica Cecilia Pando- hasta gente de izquierda que sufrió la desaparición de sus padres como la diputada del FAP Victoria Donda, donde la gran pregunta es que pasará si se cruzan durante la marcha.

Igualmente dentro de todo este rejunte, la gran mayoría tiene su razón para sumarse a la convocatoria, y la gran incógnita es si el día de mañana algún político opositor podrá sacar beneficio de esta movida.