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Papel Prensa: Cuatro artículos y uno de yapa

Papel Prensa: Cuatro artículos y uno de yapa

Por Enrique Szewach
jueves 22 de diciembre de 2011, 22:19h

De pronto, al gobierno le surgió una gran preocupación respecto de la provisión de papel para diario en la Argentina.


De pronto, a algunos medios, les surgió la preocupación por la libertad de prensa, y la libre competencia.


Obviamente, el gobierno busca condicionar la libertad de prensa y expropiar, de manera indirecta, Papel Prensa, mientras sus actuales dueños privados intentan defenderse de semejante atropello.


Pero un observador imparcial, si tal personaje  existiera, podría advertir que, efectivamente, hay un problema, o podría haberlo, en la provisión de papel para la impresión de diarios en nuestro país y podría, si fuera escuchado, proponer una solución técnica a dicho problema, alejada del intento del kirchnerismo de controlar y censurar a la prensa independiente (ya bastante daño se produce con el manejo de la publicidad oficial y con la creación de costosos e inútiles plataformas multimedios digitales) y también alejado de cualquier aprovechamiento de posición dominante que pudieran hacer los actuales dueños privados de la única empresa local proveedora de papel.


La verdad es que, al menos en las circunstancias internacionales actuales, la solución es bien sencilla y basta con cuatro disposiciones básicas.


La primera, es que Papel Prensa abastezca a todos los diarios del país, al mismo precio, y con las mismas condiciones de entrega, en cantidades relacionadas con su demanda de papel en el año base (2011, por ejemplo), y alguna variación anual vinculada con un aumento verificado de su tirada y tamaño.

 

 La segunda, es que dicho precio se determine por el valor CIF del precio de importación. Es decir que el precio sea de indiferencia entre importar o comprar en el mercado interno.

La tercera,  es que los actuales dueños privados de Papel Prensa se abastezcan con el "sobrante" de producción, una vez satisfecha la demanda del resto de los medios gráficos del país que decidan comprar internamente (siempre tienen la posibilidad de rechazar su "cuota" y comprar en el mercado de importación).

La cuarta, es que se pueda importar, libre de aranceles, cuotas o restricciones cambiarias, las toneladas de papel para diario que se requieran.


Como puede apreciarse, se trata de una simple ley de cuatro artículos que permitiría, a todas las empresas periodísticas abastecerse de papel local,  a precio internacional, cualquiera sea su tamaño y condición. (Con esto se evita discriminación, y los problemas de las pequeñas empresas para obtener condiciones favorables de los proveedores internacionales, créditos para importar, divisas, etc.).

Se evita, también, al someterse al Instituto Verificador de Circulación, que algún medio oficialista u opositor, acapare papel y, de paso, se conocen las tiradas de los medios gráficos para distribuir publicidad oficial.

 Se le permite a los dueños actuales de Papel Prensa importar lo que les falta y que la empresa local no abastece, y de paso, su precio de importación sirve para fijar el precio en el mercado interno y, además se genera un incentivo para que, eventualmente, inviertan para ampliar la producción local, si quieren independizarse de la importación.


Si quieren una yapa, se podría agregar un artículo que dispusiera la distribución de la publicidad oficial en directa proporción con la tirada explicitada en la compra de papel.


Es decir que, con sólo cinco artículos se podría "democratizar" el acceso al papel, impedir discriminación contra los pequeños medios. Hacer que los costos de importación recaigan en los grandes medios con capacidad de importar. Incentivar a la ampliación de la producción local y, de paso, regular objetivamente la publicidad oficial.


No parece muy complicado, si las verdaderas intenciones del gobierno fueran defender la libertad de prensa y la competencia.


Obviamente, no son esos los objetivos de la ley. La ley, simplemente, es una venganza y un intento,  de controlar a la prensa.


Pero la venganza y el autoritarismo, nunca han sido buenos consejeros para legislar en una República
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