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La reunión con los empresarios

La reunión con los empresarios

El presidente Zapatero se ha comprometido con los grandes empresarios a acelerar las reformas; es decir, todas esas medidas que forman parte de un ajuste económico y social sin muchos precedentes en España. ¿Y a qué se han comprometido los empresarios? Sabemos mucho más de lo primero que de lo segundo, aunque al parecer hay acuerdos que a Zapatero le parecen "extraordinariamente útiles". De entrada, el presidente convocará el Pacto de Toledo para cambiar el sistema de pensiones y certifica que España no necesitará un rescate, mientras desde el Financial Times le invitan a demostrarlo.

   ZP ha explicado en esta cumbre empresarial que para calmar los mercados financieros que amenazan el futuro de España es necesario que los países de la zona euro recuperen la estabilidad --léase que Alemania encauce las cosas-- y que aquí se reduzca el déficit público mediante las dichosas reformas laborales y financieras. Pocas novedades para tanta reunión, de lo que cabe suponer que habrá más cosas que no sabemos o no quieren que sepamos, pero que iremos viendo en las próximas semanas.

   El discurso del presidente no deja de ser una forma de reafirmar y acelerar medidas que tienden a bajar los salarios, favorecer los despidos, endurecer el acceso a las pensiones, privatizar las cajas de ahorros, etcétera, etcétera. Nada que no supiéramos o no pudiéramos imaginar viendo lo que pasa en España y lo que hacen en otros países como Grecia, Inglaterra, Irlanda, Francia, Portugal... Bueno, quizá con el matiz de que en Grecia han hecho en quince días una reestructuración político-administrativa que España sigue eludiendo, incapaz de alcanzar un consenso entre los grandes partidos que permita reducir ayuntamientos y suprimir las diputaciones que ahora se solapan con las comunidades autónomas. De eso apenas se habla pero habrá que hablar en algún momento, del mismo modo que de la reforma del Senado y de tantas cosas que no funcionan en España.

   Si algo falta en esta crisis y en el severo ajuste social y económico que lleva consigo es un plan de medidas de acompañamiento, algo sin precedentes en anteriores medidas de este tipo en España, incluso si nos remontamos a la etapa de la dictadura posterior a los gobiernos tecnócratas. También falta una cumbre similar a la de ayer con los presidentes autonómicos, de modo que estos se impliquen, de verdad, en la salida de la crisis --tienen en sus manos las políticas microeconómicas--, en vez de echarle todas las culpas a Zapatero, que es el deporte preferido del PP, una oposición incapaz de ofrecer alternativas.

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