Expectantes y cansados, irritables con los nervios a flor de piel. Estamos los españoles como el increíble Hulk, que es la mejor metáfora del Mr Hyde contemporáneo en la psicología colectiva. El Gobierno vive en la confianza de que un mantra lleve a este Karl Popper transformado en Wittgenstein a dejar de lanzar atizadores a la chimenea del Estado, y volver a su moderación antes de que se atice el fuego de verdad y arda todo el tinglado. Ese mantra es la conocida oración de las pacatas, virgencita, virgencita que me quede como estoy.