A los 74 años, murió el escritor uruguayo Eduardo Galeano
lunes 13 de abril de 2015, 12:56h
Todo un símbolo de América Latina
El escritor y periodista uruguayo, autor de obras como
"Las venas abiertas de América Latina" y de otras que indagan en las
raíces de la realidad latinoamericana, murió hoy en Montevideo, informaron
fuentes de Siglo XXI Editores, el sello que publica sus libros.
Escritor emblemático de una época forjada entre sueños
revolucionarios, el uruguayo Eduardo Galeano supo plasmar en sus escritos ese
viento que sacudió a más de una generación comprometida en la lucha por un
mundo mejor, en pos de ese hombre nuevo vaticinado por el Che.
El autor de "Las venas abiertas de América Latina"
falleció hoy en el sanatorio Casmu de su ciudad natal luego de una larga
enfermedad por la que se encontraba internado en la capital uruguaya,
informaron a Télam allegados a la familia.
Con un ideario de izquierda que lo llevó desde muy joven a
recorrer los poblados de su patria como integrante de la juventud socialista,
el autor de "Memoria del fuego" -donde hace una recuperación de las
raíces indigenistas- y "Las venas abiertas de América Latina" -dos de
sus libros más famosos, traducidos a varios idiomas- desbordó ampliamente los
límites de la literatura.
Cronista de su tiempo, Galeano mantuvo a lo largo de toda su
vida, su denuncia contra todo tipo de injusticias, incluso en el nuevo siglo
hizo suyas las consignas ecologistas para frenar el deterioro del planeta y no
titubeó en denunciar a las pasteras que contaminan las aguas en su querido
país.
Para él siempre fue importante la recuperación del pasado
pero también el futuro, la incertidumbre frente a un mundo donde se enseñorea
la pobreza, sumado al tema de las grandes migraciones de personas en el
continente que deambulan sin rumbo fijo, expulsadas de sus lugares de origen.
La visión de una América Latina unida frente a la
adversidad, fue una señal de esperanza y se vio reflejada en su narrativa que
se remonta a títulos como "Los días siguientes" (1963), los relatos
de "Vagamundo" (1973), ""El libro de los abrazos"
(1989), "Patas arriba. La escuela del mundo al revés" (1998) y una
carta al futuro -escrita en 2011- que sintetiza sus anhelos.
"Nos estamos quedando sin mundo. Los violentos lo
patean, como si fuera una pelota. Juegan con él los señores de la guerra, como
si fuera una granada de mano; y los voraces lo exprimen, como si fuera un
limón. A este paso, me temo, más temprano que tarde el mundo podría no ser más
que una piedra muerta girando en el espacio, sin tierra, sin agua, sin aire y
sin alma", advierte.
"(...)Yo le pido, nosotros le pedimos, que no se deje
desalojar. Para estar, para ser, necesitamos que usted siga estando, que usted
siga siendo -apunta-. Que usted nos ayude a defender su casa, que es la casa
del tiempo".
Eduardo Germán Hughes Galeano nació en Montevideo el 3 de
septiembre de 1940, era hijo de Eduardo Hughes Roosen y de Licia Ester Galeano
Muñoz, de quien tomó el apellido para firmar como escritor o periodista.
Cuando era un adolescente comenzó a publicar caricaturas
para El Sol, un periódico socialista en Uruguay, con el seudónimo de
"Gius", también fue obrero en una fábrica de insecticidas y pintor de
carteles entre otros oficios, a pesar de provenir de una familia de la clase
alta.
Se inició como periodista a comienzos de 1960 como editor
del semanario Marcha y del diario Época luego del golpe de Estado en su país
del 27 de junio de 1963 fue encarcelado y posteriormente se instaló en la Argentina.
Una década después fue el director de la revista cultural y
política Crisis, fundada por Federico Vogelius (1919-1986): "Fue un largo
acto de fe en la palabra humana solidaria y creadora (...) Por creer en la
palabra, en esa palabra, Crisis eligió el silencio. Cuando la dictadura militar
le impidió decir lo que tenía que decir, se negó a seguir hablando", dijo
al cierre en agosto de 1976.
Ese mismo año, su nombre integró la lista de condenados por
la dictadura militar argentina, presidida por Jorge Rafael Videla, y viajó a
España. Allí escribió la trilogía "Memoria del fuego" (Los
nacimientos, 1982; Las caras y las máscaras, 1984, y El siglo del viento, 1986)
donde revisita la historia del continente latinoamericano.
El uruguayo estuvo casado con Silvia Brando, con quien tuvo
una hija, Verónica Hughes Brando; luego, con Graciela Berro Rovira, con quien
tuvo dos hijos: Florencia y Claudio Hughes Berro y por último con Helena
Villagra.
En 1985 regresó a Montevideo cuando Julio María Sanguinetti
asumió la presidencia del país por medio de elecciones democráticas, junto a
Mario Benedetti, Hugo Alfaro, entre otros funda el semanario Brecha. Y luego su
propia editorial El Chanchito.
Además, integró la "Comisión Nacional Pro
Referéndum" (entre 1987-1989), constituida para revocar la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva
del Estado, promulgada en diciembre de 1986 para impedir el juzgamiento de los
crímenes cometidos durante la dictadura militar en su país (1973-1985).
En enero de 2006, Galeano se unió a figuras internacionales
como Gabriel García Márquez, Mario Benedetti, Ernesto Sabato, Thiago de Mello
y Carlos Monsiváis, en la demanda de soberanía para Puerto Rico. Además
firmaron en la proclamación de independencia del país.
En 2007 le diagnosticaron un cáncer de pulmón pero fue
operado rápidamente y el diagnóstico precoz hizo que no tuviera ninguna secuela
de esa enfermedad.0
El presidente venezolano Hugo Chávez -en abril de 2009-
entregó una copia de "Las Venas Abiertas de América Latina" -libro que
fue prohibido en su momento por varias dictaduras latinoamericanas- al
presidente estadounidense Barack Obama durante la quinta Cumbre de las
Américas, celebrada en Puerto España, Trinidad y Tobago.
Por su obra, Galeano fue galardonado con el Premio Casa de
las Américas 1975, 1978; Premio del Ministerio de Cultura del Uruguay 1982,
1984, 1986, American Book Award 1989, Premio Stig Dagerman 2010 y Premio Alba
de las letras 2013.
En ocasión de recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de La Habana en 2001, el escritor
dijo: "He amado a esta isla de la única manera que es, digna de fe, con
sus luces y sombras", mientras que el jurado definió con certeza al
escritor y periodista como "un recuperador de la memoria real y colectiva
sudamericana y un cronista de su tiempo".