¿En qué cree Rajoy?

¿En qué creen los políticos?¿Cuán firmes son sus convicciones? La respuesta es que "depende", si, depende de las circustancias y en el mundo en que vivimos depende sobre todo de los sondeos demoscópicos.

Por ejemplo, Mariano Rajoy acaba de ganar un congreso en el que, al menos formalmente, ha situado a su partido en el centro. No es solo que haya procedido a renovar al equipo dirigente, es que quienes ahora le acompañan en primera fila tienen un discurso más centrado, más pragmático.

Si en la legislatura pasada los partidos nacionalistas eran algo así como demonios con cuernos y rabo, ahora son partidos con los que no descartan poder enterse en detemrinadas circustancias y cuestiones, o sea dependiendo de sus intereses.

Si la unidad de España parecia ser el único leit motiv del PP, ahora parecen tener entre sus preocupaciones otras cuestiones que afectan más directamente a la cotidianidad de los ciudadanos. Si el matrimonio entre homoxesuales era piedra de escandalo hoy no lo aprueban pero tampoco lo denostan, es una realdiad que está ahí y que van a esquivar sin más.

O sea que el Rajoy de hoy poco tiene que ver con el de ayer, y no porque se haya convertido en un centrista convencido de la noche a la mañana sino sencillamente porque ha entendedido que si quiere llevar a su partido a la Moncloa tenía que centrarse, que es la única manera que con que puede descolocar al PSOE.

La cuestión es ¿resulta creible Rajoy? Porque no se trata que no resulte creíble la operación que ha hecho, a mí juicio necesaria e sino si él es el hombre para dirigir éste nuevo proceso. Puede que la función de Rajoy sea la de llevar a su partido hasta el próximo congreso popular, y que de allí salga un candidato potente para intentar ganar las elecciones, o puede que logre despejar toda disidencia interna y al final se haga con el santo y seña para volver a ser el cartel electoral. Aún falta tiempo para saberlo y de aquí a tres años puede pasar de todo.

Lo que es indudable es que Rajoy ha salido fortalecido del congreso del PP, y que ha acertado cambiando el rumbo de su partido al centrarlo. Lo que es más discutible son algunos de sus nombramientos, porque que quieren, Javier Arenas no es que sea "nuevo" en esta plaza, ni que sea la mejor imagen de la renovación, en cuanto a Ana Mato, hasta ayer parecía una fundamentalista pero hoy hace alardes de un pragmatismo tal que sorprende a propios y extraños.

Lo que si ha demostrado Mariano Rajoy es que tiene ese instinto depredador que dicen que tienen que tener los políticos si quieren llegar a algo. Rajoy ha sido implacable con los disidentes, y se ha ido creciendo en éstos meses hasta arrasarlos. En cuanto a las preguntas con las que empezaba éste artículo, veran, yo siempre temo a las personas que no cambian nunca de opinión porque significa que no son capaces de aprender de las elecciones que da la vida. Los políticos se suelen pasar siete pueblos en estos cambios, porque no suelen cambiar tanto en función de que han aprendido la lección como en función de intereses electorales. En cualquier caso el PP inicia una nueva etapa y habrá que esperar para saber si el camino elegido es el del acierto o no.