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Solidaridad a golpe de ratón

Internet permite a aquellos que quieren ayudar a los demás hacerlo de forma sencilla y flexible. El portal Microvoluntarios, que nació hace algunas semanas en Madrid, ofrece esta posibilidad a todo aquel que quiera ser solidario. Basta con pasar media hora frente al ordenador.
“Suelo sacar tiempo para hacer una microtarea o dos a lo sumo por semana.  El proceso es el siguiente: entro en la página web de Microvoluntarios con mi nick y contraseña y consulto las diferentes tareas colgadas por las ONG. Elijo una que vea que puedo realizar por conocimiento y tiempo de dedicación. La ejecuto en un tiempo máximo de dos horas y la reenvío a través de la página a la ONG. Ese mismo día o al siguiente recibo un mail de la ONG agradeciendo mi labor. Cuando dicha ONG cierra la microtarea, es decir, cuando todos los usuarios suscritos a dicha tarea hayan enviado su trabajo, la ONG la retira de la página”, explica Jorge de la Hidalga, uno de los microvoluntarios.

La Fundación Bip Bip, que favorece la integración social de personas pertenecientes a colectivos vulnerables mediante las TIC (Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones), ha sido la encargada de poner en marcha Microvoluntarios.org, una iniciativa que nace con la idea de ser un punto de encuentro para voluntarios y ONG dispuestos a colaborar.

“La idea surgió al darnos cuenta de cómo era el ritmo de vida actual de la gente. Pensamos que sería útil que existiera un portal de ayuda on line, donde además las personas dispuestas a  ayudar pudieran ver cuánto tiempo habría que destinar a cada tarea o cuál era el nivel de dificultad de la misma y así pudieran hacer una u otra en función del tiempo y los conocimientos de que dispusieran”, declara May Escobar, directora de la Fundación Bip Bip.

Así, cualquier persona que disponga de 20 minutos libres, un ordenador con acceso a Internet y ganas de ayudar podrá convertirse en voluntario en sus ratos libres.

“Un portal de estas características  permite colaborar desde cualquier PC y en un corto período de tiempo con infinidad de tareas disponibles. Lo que antes no realizábamos por la pereza del desplazamiento o el pretexto del tiempo disponible, ya no tiene excusa posible”, asegura Jorge de la Hidalga.

La iniciativa quiere romper con la contradicción que supone el que haya muchas personas dispuestas a colaborar con una ONG mientras estas organizaciones no encuentran voluntarios que les echen una mano. “Hay mucha gente que quiere ayudar y al mismo tiempo muchas ONG demandan esa ayuda, lo que pasa es que desplazarse a un sitio en concreto para brindarla es complicado, sobre todo para la gente que trabaja más de ocho horas al día y que además tiene que atender luego a su familia”, explica Escobar.
 
Con esta nueva forma de voluntariado, son las ONG quienes presentan sus tareas pendientes divididas en pequeñas acciones a sus colaboradores. "Nosotros a veces no tenemos personal cualificado para esa tarea en concreto o no podemos financiarla de ninguna manera y es ahí donde necesitamos que nos eche una mano un microvoluntario. Normalmente hacemos un listado de tareas, junto a las que aparece el grado de dificultad, la fecha de entrega y el tiempo estimado de ejecución, y ellos deciden  cual quieren hacer”, declara Sara Castellanos, de ASPAYM Madrid, una de las ONG que se beneficia de este programa de Microvoluntarios. “La comunicación con todos los microvoluntarios es muy fluida, ya sea a través de la Red o por teléfono, así que cada uno sabe muy bien lo que tiene que hacer”, añade Castellanos.
 
Los microvoluntarios registrados pueden colaborar 'on line' con varias ONG de diversos puntos geográficos, aprovechando sus ratos libres, con comodidad y con el nivel de compromiso que mejor se ajuste a su caso. La Fundación Bip Bip se hace cargo de la difusión y asistencia técnica del portal sin coste alguno para los microvoluntarios y ONG que participan.

“Para ASPAYM he realizado una microtarea relacionada con un cuento destinado a los niños con lesión medular. Las demás microtareas a las que me he suscrito tienen que ver con traducciones. Pero esta, en concreto, me ha supuesto no solo una experiencia gratificante, sino una sensación sublime. Conté la historia de una de mis hijas, el accidente que tuvo y el cambio de vida sufrido por ella y por nosotros a raíz de este incidente. Un final feliz fue la guinda del pastel, moraleja que sirve de ejemplo para los mas pequeños a fin de que vean su futuro con otro prisma”, asegura Jorge de la Hidalga.
 
Las empresas también pueden participar y beneficiarse de este proyecto. Para ello, la Fundación Bip Bip ha desarrollado una versión personalizada para que cada compañía pueda tener la posibilidad de desarrollar un programa de voluntariado 'on line' entre sus propios empleados, en función de sus propias necesidades. “De momento solo contamos con microvoluntarios ajenos a nuestra empresa, pero pensamos y esperamos que dentro de poco también podamos contar con ayuda incluso de nuestros propios compañeros. ¿Por qué no?”, comenta Castellanos.
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