La otra pornografía

Decía hace unos días la escritora Isabel Allende que "hoy está de moda la pornografía de la violencia".  En el cine, en la televisión, en los medios, hay cada día, a todas las horas, una exhibición impúdica y casi siempre innecesaria de violencia, de sangre, de agresión que hace más daño que cualquier otra forma de pornografía. Es curioso, tenemos una sociedad que dice estar en contra de la violencia, que se manifiesta contra la guerra, contra la opresión de los poderosos, que exige la paz, incluso a cualquier precio, pero que paga y asiste encantada a espectáculos donde unos hombres ejercen la violencia de manera salvaje sobre otros.

Tenemos una sociedad pacifista, preocupada por la educación para la convivencia, pero el acoso escolar crece sin parar y alumnos y profesores son víctimas de esa violencia que todos decimos aborrecer. Se trabaja con empeño en erradicar la violencia en los hogares, pero cada día los periódicos hablan de nuevas víctimas en el hogar, aunque son muchas más las que sufren esa violencia aunque no saldrán nunca en los papeles porque sus parejas les han machacado no les han quitado la vida.

La exhibición de la violencia en el cine es altamente pornográfica, pero entre los directores de éxito hay muchos que han creado los espectáculos más violentos. Y reciben el aplauso unánime de la gente. Ahora, en Italia, una conocida marca de ropa para adolescentes ha lanzado una campaña publicitaria con una joven anoréxica que ha posado desnuda para un importante fotógrafo. ¿Es una campaña contra la anorexia o una exhibición impúdica y una banalización de un problema de enorme gravedad? ¿Se busca el impacto, lo comercial, o crear conciencia? La pornografía, como el sexo, no está en los genitales sino en el cerebro. Y sobre mucha violencia en nuestra sociedad porque la violencia general más violencia.