La Xunta de Galicia renueva su plan de lucha contra los incendios forestales

El 48% del territorio gallego corresponde a arbolado. Son 1.400.000 hectáreas de bosques con especies autóctonas (robles y castaños, pino gallego) y foráneas (básicamente eucaliptos y pino maderero). La ley recién estrenada, tiene como objetivos  más importantes los de  actuar en los montes y áreas colindantes mediante el tratamiento de la biomasa vegetal; compatibilizar y regular los aprovechamientos de transformaciones del monte y de las zonas agrarias vecinas con la finalidad de evitar los incendios; regular las repoblaciones forestales con el propósito de ordenarlas silvícolamente en los perímetros de los núcleos y asentamientos de población, actuando con criterios de gestión sostenible y rentable, mediante buena planificación preventiva.

Esta es la apuesta nacionalista (Suárez Canal ocupa una de las consellerías que exigió el Bloque Nacionalista Galego a sus socios socialistas con el nada oculto propósito de buscar influencia en las áreas rurales) que se realiza cuando se está casi en la mitad de la primera legislatura del Gobierno bipartito. Aparte del área forestal, Suárez Canal controla la agricultura y el vino, la ganadería y la alimentación, actividades muy sensibles en la Galicia rural. La ley y el nuevo plan, coincide también con la Ley de Emergencias de Galicia, fuertemente contestada por el Partido Popular, pero también por los municipios (no todos de signo político opositor) y una parte considerable de técnicos.

Duplicar las brigadas móviles

En la extinción y prevención de incendios forestales, el pasado año 2006, costó 70 millones de euros, amén de una tormenta política que, periódicamente, tiene a reavivarse.

Técnicamente, en la campaña de este año, Medio Rural duplicará las brigadas móviles de extinción y ha logrado reforzar la presencia de la Guardia Civil en los montes, de forma que habrá un número similar de efectivos a los que hubo el pasado año durante la crisis del mes de agosto. Como novedad –aunque entre los profesionales del sector el recelo es evidente— habrá también presencia del Ejército, dado que uno de los batallones de la nueva Unidad Militar de Emergencias, tiene previsto su despliegue en la comunidad gallega.

Arranca el nuevo Plan contra Incendios Forestales con el resquemor de los miembros de las brigadas, periódicamente contratados durante la Era Fraga, y que allá por junio de 2006 ni siquiera habían sido convocados para la anterior campaña. Ninguno de los cuatro implicados con el que habló esta publicación, accedió a dar su nombre. “Decían que antes nos contrataban los Ayuntamientos –explican dos de ellos— en función de afinidades políticas. Pues estos del Bloque hacen lo mismo que los otros, sólo que desde Compostela”.  Esta es la tónica dominante en los medios rurales, donde un jornal, aunque sea escaso como en el caso de las brigadas de extinción, siempre es bienvenido. Ya a finales de 2006, con la nueva forma de reclutamiento en marcha, Medio Rural tuvo graves problemas al exigir a los posibles contratados una prueba escrita de lengua gallega, que puntuaba muchísimo más que la experiencia aportada por veteranos brigadistas, dado que el no superarla llevaba a la exclusión del interesado. Al final, ante la escandalera pública montada, la consellería de Medio Rural tuvo que dar marcha atrás.

Suárez Canal, con la nueva ley y el Plan estrenado, efectúa una unificación del mando, para que todo el personal contratado para la extinción de incendios corra a cargo de la Xunta o la empresa pública Seaga (Servicios Agrarios Gallegos, S.A.), porque, como recordó en el Parlamento de Galicia, “es más efectivo que no haya disfunciones y que los contratos provengan de la misma administración”.

Para la campaña de este año, Medio Rural, a través de la Subdirección General de Defensa contra los Incendios Forestales, cuenta con 4.670 destinadas a la extinción. De ellas, 1.400 tienen la categoría de trabajadores fijos. Además, destina 53 millones de euros al Programa Extraordinario de Prevención y Extinción de Incendios y Regeneración Forestal.

La prevención del riesgo cierto

Fuentes de la consellería de Medio Rural señalan que el departamento “se marca como objetivo la reducción en un 20% anual la superficie arrasada por los incendios forestales, tomando como media la de los últimos diez año”. Es la misma consellería, ante la pregunta de qué medidas preventivas obligatorias adoptan las empresas eléctricas y las concesionarias de autopistas, sobre el desbrozamiento de sus tendidos y trazados respectivos, se muestra no muy esperanzada “aquí Medio Rural –aclaran—sólo puede denunciar ante la consellería de Industria el incumplimiento de las compañías eléctricas”. No sucede lo mismo con la AP-9, la autopista de peaje que une A Coruña con Vigo, “a regañadientes, --explican-- con algo de retraso, pero están cumpliendo”.

Sin avanzar más, la consellería de Medio Rural, prefiere no pronunciarse sobre el número de incendios previsibles para este año. Sí, en cambio, insisten en que “este año sí –explican—contamos con medios suficientes y razonables para atajar los fuegos forestales”. Todos los convocados para la campaña de este año, están realizando cursos rotatorios de formación, mientras la gran apuesta en medios es la sustitución de vehículos todo-terreno y motobombas, ya que el parque heredado contaba con material de más de quince años de antigüedad.