Alejandro Rossi gana el premio Xavier Villarrutia

El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) informó que el jurado, integrado por Christopher Domínguez, José Luis Rivas y Juan Villoro, le otorgó el galardón por su "despliegue entrañable y minucioso de los ritos de paso de la primera infancia y las curiosas circunstancias en que la vida privada refleja los sucesos públicos".

Alejandro Rossi (Florencia, Italia, 1932), destacó, es autor de una obra cuyo valor radica en el tratamiento amoroso de la escritura, en la manera de decir; que recubre y redescubre los asuntos de la literatura y de lo cotidiano, desde una enorme sensibilidad para rescatar el valor de lo trivial.

El propio Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura 1990, llegó a afirmar que Rossi es "la encarnación de la esencia misma de la civilización".

De padre italiano y madre venezolana, Rossi cursó sus estudios preuniversitarios en Roma, Florencia, Buenos Aires y Los Angeles. Sus primeros acercamientos a la literatura los tuvo durante la infancia, aunque las lecturas de la adolescencia son las que más lo marcan.

Más tarde estudió la maestría y el doctorado en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y tomó cursos en la Universidad de Oxford, donde fue miembro del Maydalen College, y en la Albert Ludwing de Fridburgo, Alemania.

Sobre su atracción por la filosofía y la academia, relata: "Empecé con la filosofía y tuve un entrenamiento filosófico en México, Alemania e Inglaterra. Incluso, creo ser la persona más joven que haya entrado al Instituto de Investigaciones Filosóficas (IIF)".

En 1972 participó en la revista Plural, entonces dirigida por el poeta Octavio Paz, donde pudo desbordar su pasión literaria, de esa época surge Manual del distraído, un texto filosófico narrado con ironía, que recopila ensayos publicados entre 1973 y 1977 en distintas revistas.

En febrero de 1993, la UNAM le rindió el homenaje Lenguaje, literatura y filosofía, aproximaciones a Alejandro Rossi, por sus 30 años ligado a esta institución. Un año después obtuvo su naturalización como ciudadano mexicano y, desde 1995, es investigador emérito del IIF.

Para Alejandro Rossi, la literatura, más que un espejo de la realidad es "una versión de ella, en un medio muy distinto: el lenguaje, el cual contiene sus propias exigencias, reglas y tradiciones".

Entre los premios que ha recibido destacan el Nacional de Lingüística y Literatura (1999), el Universidad Nacional en Creación Artística y Extensión de la Cultura (1999) y la Orden de Isabel la Católica de España (2002).

Es autor de libros como Un café en Gorrodona (1999), Pluie de janvier (2000), en cuento; la novela Edén. Vida imaginada (2006), y Sueños de Occam (1983), El cielo de Sotero (1987) y La fábula de las regiones (1988).

Sobre la novela ganadora, el INBA destaca que en ella Rossi realiza una búsqueda de la identidad en el exilio, un relato que parece demostrar que cuando la maquinaria del recuerdo se echa a andar, no encuentra punto final.

"Hay que tener la pupila para distinguir lo esencial", escribe Alejandro Rossi en un pasaje de Edén. Vida imaginada; como si el filósofo y escritor supiera que ese libro que ha construido procura más que relatar hechos verídicos, ofrecer un muestrario de lo más importante que guarda su memoria de hombre, donde se borran las fronteras entre lo sucedido, lo imaginado y lo deseado.