El jefe del Ejecutivo explicó que "el proceso de paz tenía su fundamento en el diálogo, y, por tanto, tras el atentado, llegó a su punto y final" cuando ETA rompió su alto el fuego permanente y rompió ese diálogo.
Tras rechazar los "debates semánticos" que ha habido sobre si cuando dijo que suspendía el diálogo lo estaba dando por roto, insistió en que su apreciación de que el proceso ha llegado a su punto y final no impide que su determinación sea tan fuerte como hasta ahora para ver el fin de la violencia, un objetivo que reconoció que es muy difícil.
"Tengo tanto rechazo, estupor, espanto y odio a la violencia, que estoy dispuesto a empeñar todo lo que sea necesario para que en España no haya bombas", añadió Zapatero, quien reconoció que esa es "una tarea muy arriesgada en términos políticos".
Pero insistió en que esa es su decisión y señaló que para eso eligen los ciudadanos, para que haya un compromiso "hasta el fondo" en los problemas trascendentales.
Zapatero dijo que él ha ido en todo momento en este asunto "de frente, dando la cara", garantizó que así seguirá y, preguntado por la posibilidad de que, tras dar por roto el diálogo que existía en la actualidad pueda abrirse otro más adelante, dijo que "ese es un debate para otro momento".
Zapatero aseguró que "no hay ningún aspecto que permita decir que ha habido algún error" en el Gobierno respecto al atentado del sábado.
Ante las palabras del secretario de Organización del PP, José Blanco, en las que ayer reconoció la posible existencia de algún error, Zapatero dijo que ha hablado con él y éste le ha comentado que ha podido haber alguna malinterpretación de sus palabras o él se explicó mal.
Zapatero subrayó que el Gobierno ha tenido en todo momento la información que razonablemente ha podido tener de ETA y defendió la profesionalidad de todos los servicios que tienen que ver con ese tipo de información.
Respecto a la posibilidad de que el Gobierno se haya equivocado de interlocutores en el diálogo con ETA, señaló que no merece la pena entrar en especulaciones de ese tipo o de si en la banda terrorista puede haber distintas facciones, aunque el Ejecutivo haga su análisis al respecto.
"Sólo se consigue si se intenta, eso es lo que estoy convencido que piensa la mayoría de los ciudadanos", insistió ante el proceso fracasado el presidente del Gobierno, quien consideró que el problema del terrorismo es el más grave que tiene la sociedad española desde la etapa de la Transición.
Respecto a su próxima comparecencia en el Congreso, recalcó que no es habitual que un presidente del Gobierno acuda al Parlamento tras un atentado y dijo que lo hará en un ejercicio de "máxima responsabilidad" con los ciudadanos.
Explicó que durante la última semana ha recibido el apoyo de muchas personas por diversas vías, y todas ellas se merecen que les explique en el Congreso cómo ve la situación.
Ante la actitud que puede tener el PP en ese pleno, se limitó a señalar que él sólo sabe cuál ha sido la suya de siempre, apoyar al Gobierno incluso desde la oposición.
"En este problema no voy a combatir con el PP ni con ninguna otra fuerza política, y mi único combate es para terminar con la violencia terrorista", aseveró Zapatero.
Preguntado por la posibilidad de que en esa comparecencia se aborde un nuevo Pacto Antiterrorista, recordó que ha habido varios instrumentos para lograr la unidad de los demócratas, pero subrayó que lo que cuenta es la voluntad y la actitud.
Puso como ejemplo que cuando ya no se reunían pactos antiterroristas como el de Ajuria Enea o Madrid, seguía existiendo la voluntad de las fuerzas políticas por afrontar de forma unida la lucha contra el terrorismo.
Para Zapatero, la actitud del PP debe ser la de apoyar al Gobierno porque ese es su deber democrático, señaló que él tiene acreditada esa actitud en su "hoja de servicios" y subrayó que el Partido Popular debe asumir que es el Ejecutivo el que dirige la política antiterrorista.
Sin embargo, respetó la actitud del PP y dijo que, si se mantiene, será evaluada en su momento por los ciudadanos.
Ante la manifestación convocada para el próximo 13 de enero contra el atentado de Barajas por asociaciones de inmigrantes, UGT y CC.OO, dijo que su deseo es que tenga el máximo apoyo cívico y político y precisó que la tarea de movilización contra el terrorismo es de la sociedad civil.
En cuanto a la posibilidad de que participe en ella algún miembro del Gobierno, se limitó a señalar que los socialistas siempre han estado en las manifestaciones por la paz y contra el terrorismo, pero no en las convocadas contra un Gobierno por su política antiterrorista.
Zapatero envió un mensaje a la izquierda abertzale asegurando que sí tiene cosas que hacer, entre ellas, condenar la violencia, pero rechazó entrar en futuribles al ser preguntado si él cree que dará ese paso.
El jefe del Gobierno sigue asegurando que piensa agotar la legislatura y, preguntado por el hecho de que lo ocurrido el sábado pudiera alterar esa previsión, señaló que "sólo faltaría que un atentado modificara los planes políticos".
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