El Gran Hotel de Almería cierra sus puertas para afrontar una "gran reforma" y buscar nuevos socios

El emblemático Gran Hotel de Almería cierra este martes sus puertas al público después de estar activo durante 47 años a fin de acometer "reformas" en sus instalaciones con intención de abrir poco antes del verano "con una nueva imagen", de manera que durante este tiempo tratará de hallar nuevos socios para impulsar esta renovación.

   El cierre del hotel estaba programado con el inicio de la temporada baja. Las intenciones de los propietarios pasan por acometer una reforma en profundidad de las instalaciones gracias a la obtención de "crédito" por parte de una entidad financiera, de manera que la suspensión de la actividad será superior a los dos meses previstos inicialmente.

   Entre las reformas a aplicar se encontraría la sustitución de la moqueta por tarima flotante, la instalación de una nueva caldera, la posible implantación de un ascensor con vistas panorámicas, una nueva recepción "más moderna y funcional", un nuevo restaurante con cocina en la planta baja, y un miradora con cafetería en el ático que ofrezca vistas al mar, según los datos que maneja el director del centro.

   Estas actuaciones, cuyo presupuesto y plan de obra desconoce el director, estarían encaminadas a ofrecer una "nueva imagen" del hotel, que recientemente se desvinculó de la cadena Vita Hoteliers y pasó a la autogestión, sentido en el que no se descartan negociaciones paralelas con cadenas hoteleras interesadas en integrar el establecimiento a su red de hoteles.

   Cabe recordar que el inmueble se integró en la cadena Vita Hoteliers tras el acuerdo alcanzado por el empresario Miguel Rifá --hoteles Citymar-- con el Grupo Marvel, cuyo presidente, Josep María Morros, ingresó en prisión este verano acusado de un presunto delito de blanqueo de capitales. En esta línea, Vita Hoteliers se desvinculó de esta operación policial al tiempo que Rifá, cuyas empresas también fueron investigadas por la Agencia Tributaria, anunció acciones legales contra su socio.

   Esta situación, sumada a los continuos retrasos en la percepción de las nóminas, ha creado cierto desasosiego entre los empleados del Gran Hotel y el Hotel Embajador, que desconfían de que los centros vuelvan a abrir sus puertas, ya que únicamente se les ha trasladado un compromiso verbal. En este sentido, los primeros despedidos ya han interpuesto demandas por despido improcedente.