Lejos del protocolo, la agenda reflejó un apoyo implícito del presidente de Galicia a
Camps. Y esta escenificación se produce justo la semana después que el barón valenciano pusiera en marcha la maquinaria electoral y nombrara un comité de campaña.
Las designaciones abrieron un debate mediático sobre si el presidente de la Generalitat desafiaba a la dirección nacional del partido. Génova pretendía esperar a después de verano para nombrar de manera oficial a las candidaturas autonómicas y, con su golpe en la mesa, Camps se adelantó a sus tiempos.
A
Feijóo se le considera como uno de los dirigentes autonómicos del PP más cercanos al presidente del partido,
Mariano Rajoy. Incluso hace unos meses cuando el caso Gürtel estaba en plena tormenta se especuló con una ´competición´ entre el presidente de la Xunta y el jefe del Consell por ver quien era el más próximo a Rajoy.
Después de una etapa de desgaste, en el que los asuntos judiciales provocaron un debate interno en el PP sobre Camps y su futuro, el líder de los populares gallegos ya echó un capote al presidente de la Generalitat.
El pasado mes de mayo, Feijóo ya defendió de manera pública que su compañero de partido no se enriqueció aunque, al mismo tiempo, admitió que sí que podría haber cometido errores.
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