red.diariocritico.com

Hasta el momento la propuesta más importante de su administración

El presidente Obama recurre a la sociedad para salvar su reforma en materia de Salud

Atacado por la oposición y discutido en su propio partido, el presidente de Estados Unidos Barack Obama está acudiendo a la sociedad civil, es decir, a los ciudadanos de esa nación, con la esperanza de que éstos comprendan y salven su plan de reforma en materia de salud, hasta el momento la más importante de su administración.

Así contextualizaron importantes medios de prensa de su conferencia de prensa, en la que advirtió que el modelo de sanidad actual es insostenible económica y socialmente. Y ese es el objetivo del debate que mantuvo con los habitantes de Cleveland, en Ohio. "Si no reformamos el sistema sanitario, sus costes serán inalcanzables para la economía", dijo.

Cleveland es un buen lugar en el que sintetizar la polémica en torno a la reforma sanitaria en Estados Unidos y su enorme trascendencia política. En Cleveland reside uno de los mejores hospitales del país, la Cleveland Clinic, que Obama visitó, un centro que está en la vanguardia mundial en varias especialidades y que, junto a la Clínica Mayo, el John Hopkins Hospital o el Centro Anderson de la Universidad de Texas, entre otros, integra la lista de joyas que, por la calidad de sus profesionales y el desarrollo de sus investigaciones, enorgullecen al sistema sanitario norteamericano.

Pero, al mismo tiempo, cerca del 14% de la población de Ohio no tiene un seguro médico. Al ser uno de los Estados en los que más empresas han cerrado como consecuencia de la crisis económica, ese porcentaje, además, crece aceleradamente. En la mayoría de los casos, cuando un norteamericano pierde su trabajo, pierde también el seguro que, de forma voluntaria, le costeaba su empleador. Un desempleado es incapaz de afrontar las tarifas que imponen unilateralmente las aseguradoras. Obama ha denunciado esa realidad y, en su conferencia de prensa, advirtió que 14.000 personas cada día pierden su seguro de salud.

Visto así, Obama debería ser considerado un héroe en Ohio. Sin embargo, el respaldo al presidente ha bajado del 60% al 47% en ese estado, principalmente por las dudas que el debate sobre la reforma sanitaria está despertando.

Muchos norteamericanos están aterrados ante el riesgo que este paso representa, y no sólo por las dudas sobre su financiación. "Comprendo la ansiedad y la incertidumbre de la gente sobre este asunto", admitió el presidente. Por un lado, son conscientes de las carencias de su sistema porque las sufren constantemente. Pero, por otro, no están convencidos de que otros modelos, como los de Europa y otros países desarrollados -lo que los conservadores llaman despectivamente "la medicina socializada"-, sean mejores. Y lo cierto es que lo que pretende Obama se aproxima a lo segundo.

Esa resistencia tiene que ver, en parte, con valores profundos de la sociedad norteamericana: su rechazo al intervencionismo del Estado y su defensa del derecho a elegir. Es un hecho que una parte considerable de los 47 millones de personas sin seguro son jóvenes que no creen que lo necesiten o adultos que, simplemente, eligen gastar el dinero en otra cosa.

Por otra parte, los que quieren y pueden pagarse un buen seguro temen que la reforma de Obama les prive de sus ventajas actuales (rapidez, abundancia de medios...) y les condene a algunos de los inconvenientes del modelo europeo (listas de espera, masificación...). Están, por último, los oficialmente pobres, a los que cubre un plan púbico, y los jubilados, que también están protegidos por el Estado y que sospechan de que cualquier reforma deje menos recursos para ellos.

El problema es que una parte importante de la población, especialmente entre la clase media, no tiene un buen seguro o carece de él por completo porque no puede pagarlo. Esto, aparte de representar una amenaza para la salud general -la esperanza de vida en Estados Unidos es dos años inferior a la de España-, constituye un drama individual para miles de personas que, literalmente, tienen que dejar morir a sus familiares porque no tienen cómo pagar un hospital.

Ahí entra la firmeza de Obama para sacar adelante esta reforma adelante contra viento y marea. "No soy yo el que insiste en aprobar esto antes de agosto. Esto no es un asunto personal. Yo tengo un buen seguro de salud, como tienen todos los congresistas. Las prisas son de la gente de la que recibo cartas a diario pidiéndonos hacer algo", manifestó.

El plazo de agosto va a ser difícil de cumplir, estiman acuciosos periodistas. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dice que ya tiene los votos para aprobar la reforma, pero no ha convocado aún la votación. Más de 60 demócratas de la Cámara podrían votar contra el presidente en este momento. En el Senado, las posibilidades de una votación inmediata son aún menores. De hecho, el líder demócrata en el Senado de EE UU, Harry Reid, ha descartado que la Cámara Alta pueda votar la reforma sanitaria antes de agosto. Obama, en todo caso, insiste en que su compromiso con los ciudadanos es el de aprobar la ley este año.

En la negociación entre la Casa Blanca y el Congreso, se ha avanzado ya en cosas que podrían empezar a aumentar el respaldo popular a la reforma: se mantendrá la libertad de elegir seguro, los que estén satisfechos con su plan actual podrán conservarlo, las empresas están obligadas a proveer un seguro a sus empleados, el aumento de los impuestos sólo afectará a los hogares que ingresen más de un millón de dólares al año y no va a haber aumento del déficit nacional.


¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios
ventana.flyLoaderQueue = ventana.flyLoaderQueue || [] ventana.flyLoaderQueue.push(()=>{ flyLoader.ejecutar([ { // Zona flotante aguas afuera ID de zona: 4536, contenedor: document.getElementById('fly_106846_4536') } ]) })