El aviso del Banco de España pone las pilas a las Cajas de Ahorro

Mientras en Caja Madrid se mantiene la lucha por el poder, a pesar de que parece haberse llegado a un acuerdo entre aguirristas y gallardonistas para consensuar un sucesor de Miguel Blesa, y  toda la preocupación de La Caixa, consiste en recurrir la multa de Competencia a  Abertis Telecom, compañía en la que la Entidad tiene la mayoría, en el resto de las cajas españolas se lucha por sobrevivir. El aviso, efectuado por el Banco de España, de que pueden llegar  las intervenciones si no se resuelven algunos aspectos contables, han hecho saltar las alarmas en las más vulnerables. La amenaza sigue ahí. No ha habido desmentido por parte de la autoridad monetaria, y las operaciones que están llevando a cabo para obtener liquidez no acaban  por materializarse. La semana que viene puede ser determinante.

    Veinte cajas pequeñas han perfilado una operación que les puede dar la liquidez necesaria para salvar la cara momentáneamente mientras, a medio plazo, buscan una solución para mantener su continuidad. Se trata de la emisión conjunta de deuda con aval del Estado. Una emisión de 2.000 millones de euros, prevista desde hace más de un mes, pero a la que el Banco Central Europeo ha puesto reparos. No por nada, sino porque los títulos pueden acabar en manos del Instituto Monetario de la Eurozona. Los motivos son sencillos de explicar. Estas emisiones suelen acabar en manos de otras entidades financieras que, habitualmente, las llevan al BCE para obtener liquidez. El organismo que preside Jean Claude Trichet, suele efectuar un descuento del 7% en concepto de prima de riesgo. Pero, en este caso, dicho descuento puede ser mayor porque el riesgo puede ser mas difícil de medir debido a que la emisión es conjunta de muchas entidades, en palabras llanas, cada una de su padre y de su madre, cada una con problemas específicos.



   Y se entiende esta actitud por parte del  BCE cuando se comprueba que, entre esas 20 cajas, se encuentra, por ejemplo CajaSur. Y otros nombres que han trascendido son Sa Nostra, Cajasol, Caja Granada y Caixa Penedés. Todas ellas han sido mencionadas en alguna ocasión, por tener algunos problemas o haber sido inspeccionadas por el Banco de España.

   Por cierto, el Instituto Emisor Español ha redoblado su vigilancia sobre Caja Sur, al mismo tiempo que sigue exigiendo el cumplimiento del coeficiente de solvencia antes de fin de mes, a pesar de los desmentidos de la Entidad (ver "Advertencia del Banco de España a las Cajas: o se fusionan o se intervienen"),  mientras que los responsables de la Entidad , que depende del obispado de  Córdoba,  ha propuesto a la Caja de Ahorros de Murcia la apertura de negociaciones con vistas a una eventual fusión.

   Está claro que CajaSur intenta dar el esquinazo a la Junta de Andalucía. Su presidente, José Antonio Griñán, conocedor de la situación de las entidades regionales, por su condición de ex consejero de Economía,  ha mostrado públicamente su preferencia porque la ayuda a la caja cordobesa provenga de la sevillana Caja Sol, o, en el peor de los casos, de Unicaja.



   Pero los responsables de Caja Sur, que han dicho que prefieren cualquier cosa menos que los socialistas acaben por controlar "su" entidad, se han puesto en manos del PP. Juan Ojeda, ex europarlamentario del Partido de Rajoy, y actual vicepresidente de Caja Sur, ha puesto en contacto al presidente, Santiago Gómez Sierra,  con los responsables de la Caja de Ahorros de Murcia utilizando un mediador bien conocido en Andalucía, Manuel Atencia, ex diputado del PP por  Málaga, y gran enemigo político y personal de la ex ministra Magdalena Álvarez. No obstante, Atencia, vicepresidente de Unicaja, ha llegado a un acuerdo  de "no agresión" con el presidente Braulio Medel para que éste no interfiera en la operación de las cajas cordobesa y murciana. Incluso, si esta no prospera,  Unicaja saldría como salvadora de la Entidad, siempre, claro está, en última instancia.

   La dramática situación que atraviesan algunas cajas contrasta con la de otras también consideradas pequeñas, como es Caja Navarra. Su fórmula de gestión, denominada "banca cívica" parece que está funcionando a las mil maravillas. Hasta tal punto que el presidente de la CAN,  también presidente de la Comunidad Foral de Navarra,  Miguel Sanz,  se muestra muy tranquilo cuando le hablan de la  entidad  que gestiona  Enrique Goñi, director general, que en algunos medios sitúan como figura clave para el futuro de las cajas de ahorro españolas. Su iniciativa al frente del proyecto Viálogos y los acuerdos con el estadounidense Wachovia Bank han sido muy bien valorados. En el gobierno de Rodríguez Zapatero y en la CECA, la patronal de las cajas, se mira insistentemente a este hombre que puede convertirse en una personalidad determinante a la hora de reordenar el sector.

   Un sector que sigue dando que hablar. Bien sea por sus movimientos internos, bien por sus dificultades para salir adelante en la situación en que vivimos.