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Dos horas y media de auténtico disfrute

'La Gran Vía esquina a Chueca', fiesta de la zarzuela y el talento

La reposición, adaptada en el libreto a la más rabiosa actualidad, de 'La Gran Vía', a cuyo título se añade 'esquina a Chueca', es una explosión de buen hacer musical, de escenografía y de interpretación que cala hondo en los afortunados espectadores. No podía esperarse otra cosa estano al frente el gran 'Tricicle' Paco Mir.
Un magnífico espectáculo recomendable para toda la familia, para cualquier edad y condición si se tiene sensibilidad e incluso careciendo de ella. Tal es la fuerza con que 'La Gran Vía... esquina a Chueca' baja del escenario del Teatro de la Zarzuela y se difunde 'orbi et orbe' a todos los asistentes función tras función, incapaces de aguantar tanto humor perfectamente envuelto.

No es de extrañar, pues los antecedentes de Paco Mir así lo indicaban, ya que este miembro de 'Tricicle' ya picó altísimo como director de escena de su gloriosa versión de 'Los sobrinos del capitán Grant', felizmente respuesta en muchísimas ocasiones. Y ahora, también como recreador y adaptador del libreto de Felipe Pérez y González alcanza nuevamente la cumbre con similares armas.

Que no son otras que el talento, lleno de gusto pero casi siempre muy satírico e incluso incorrecto en lo social y lo político, la creatividad y el dominio global de todas y cada una de las escenas en decorados, movimientos actorales -de individuos y de grupos-, figuraciones e iluminación. Para todo ello ha contado con un espléndido equipo cuyos nombres llenarían innecesariamente decenas de líneas. ¡Loor en conjunto a ellos!

Y es que podía sospecharse en principio que para qué repetir otra vez la tantas veces representada obra más popular de Federico Chueca, cuyo centenario de su muerte concluyó el año pasado. Sólo tendría justificación si se le dotaba de un excelente conjunto de profesionales y se le aportaba algo nuevo en todos sus aspectos.

Y así ha sido, porque, además de añadirle algunos otros números del prolífico Chueca, como 'Las devotas de la Fuensantica', de 'La alegría de la huerta', o el 'coro de 'Agua, azucarillos y aguardiente', Mir ha revolucionado y actualizado el argumento. Ahí es nada: resulta que hay rumores de que, por especulación, recalificación y corrupción política -¿les suena?-, van a tirar la Gran Vía y de ahí surgen las protestas de la gente. Y no cuento más.

Con el añadido del eternamente extraordinario coro y la menos memorable orquesta del Teatro, dirigida a la perfección por Miguel Roa y Luis Remartínez, y unos extraordinarios cantantes y actores -Enrique Ruiz del Portal, Loles León, Marco Moncloa, Carlos Heredia, Pepín Tre- unos habituales en el género y otros no, se rubrica un espectáculo para todos que marcará huella y que es imprescindible ver.
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