Para empezar, el mal precedente de las declaraciones. Sobre todo si son tan significativas como las de la presidenta madrileña.
Aguirre dijo, sin ningún problema,
que está muy tranquila porque la comisión no encontrará "culpables". ¿Por qué está tan segura antes de que comiencen las investigaciones? A la 'lideresa' nacional se le ha reprochado desde la oposición no que apueste por la inocencia de sus altos cargos, lo que es comprensible, sino que adelante los resultados de forma tan evidente.
Eso ha dado pie a asegurar que la tranquilidad de Esperanza Aguirre se debe a que está segura de que esta comisión parlamentaria está muy bien controlada por su partido, de forma que no dé para mucho, sino sólo para dar una imagen de transparencia de cara a la grada.
Incluso el PSOE está presionando a su líder en Madrid, Tomás Gómez, para que no participe de lo que sería una clara farsa política, un paripé.
Mal precedente se vivió ayer martes precisamente en la Asamblea:
comparecía el director del Área de Seguridad de la Consejería de Interior, Sergio Gamón, uno de los implicados en la trama. Su presencia en la cámara fue lamentable, pues aparte de que su comparecencia fue tensa y demasiado breve, sin respuestas útiles, estuvo 'blindado' por parte de
Pilar Liébana, del PP, que presidía la comisión, impidiendo algunas de las preguntas.
Por eso los medios críticos con el entorno 'popular' cargan con lo sucedido y auguran lo peor de cara al futuro. Se teme que Esperanza Aguirre controle de principio a fin la comisión y se cierre en falso este trabajo político, al margen de que la Justicia haya abierto ya diligencias. En principio, los grupos de la oposición tienen la intención de pedir las comparecencias de
Rajoy, De Cospedal, Gallardón, Cobo, Ignacio González, Granados, Alfredo Prada y la propia Aguirre.
- Información relacionada: