Carla Bruni será (C)de Oro

Bertrand Dicale, el periodista que ha escuchado en primicia el último álbum de Carla Bruni, destaca su calidad artística sin escatimar en halagos: “revela la madurez de una escritura y una interpretación de una cantante, en adelante, más allá de las normas”, “un disco perfectamente terminado”, “una voz frágil y densa, el sentido melódico muy singular de una compositora en la que confluyen evidencias folklóricas y el lirismo francés”. Una narrativa tan cursi como el propio objeto a alabar.

‘Quelqu’un m’a dit’ se queda para su época anterior, cuando aún no era primera dama, y ahora se atreve con letras más de adolescente que propias de canciones de amor maduro, quizá con la pretensión de parecer díscola al tiempo que ingenia, pero que por demasiado vivida cuesta creerla (aunque no por lo que tiene de pija): “Tu eres mi droga/ Más mortal que la heroína afgana/ Más peligrosa que la cocaína colombiana”. Conociendo a la musa de Bruni, los malos entendidos ya habrán pasado por una censura previa, mejor o peor, calculada.

Otros versos que dan la risa: “Soy una niña/ A pesar de mis 40 años/ A pesar de mis 30 amantes/ Una niña”. Una niña mimada que ha dejado su último trabajo en oídos del más pelota de la República.

El elevado a crítico musical resume el disco: “menos de América, más de Francia, más de Beatles…” Un álbum que supondrá ventas millonarias, estrechamente relacionadas con el hecho de que quien viste y canta es la misma señora de Nicolas Sarkozy.