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Amantes pintura y fotografía

El Museo Thyssen-Bornemisza plantea el "encuentro predestinado y fatal" entre fotografía y pintura en el artista alemán Otto Dix (1891-1969), en una exposición que permanecerá abierta desde este martes hasta el próximo 18 de mayo. El retrato del fotógrafo 'Hugo Erfurth con perro' abre esta muestra, que incluye varios retratos, autorretratos y fotografías, además de hacer un recorrido por la forma de trabajo de este pintor "realista acerado".
   'Otto Dix. Retrato de Hugo Erfurth. Técnicas y secretos' se enmarca dentro de las exposiciones Contextos de la Colección Permanente del Thyssen, y parte de una pieza de los fondos de la pinacoteca: el retrato de Erfurth con Ajax, su pastor alemán, realizado en 1926 por Dix.

   Este proyecto, como explicó hoy el director del Thyssen, Guillermo Solana, es un trabajo conjunto entre los departamentos de Pintura Moderna y Restauración del Museo, bajo la dirección de Paloma Alarcó, conservadora de Pintura Moderna, y de Ubaldo Sedano,  restaurador jefe.

   La muestra, estudia, por un lado, el estilo realista de Dix y analiza la relación del pintor con su amigo Hugo Erfurth, afamado fotógrafo de retratos, además de profundizar en un capítulo fundamental del debate artístico de esos años: la equiparación de la pintura y la fotografía.

   La exposición, asimismo, pretende descubrir al público los secretos de la particular técnica que Otto Dix utilizaba en sus obras y, en concreto, el retrato ya mencionado.

   Grandes éxitos

   La pintura de Dix se caracteriza por su interés en recuperar las técnicas de los grandes maestros del Renacimiento alemán, como Durero o Cranach. Y es que Dix se enmarca dentro del denominado 'movimiento nueva objetividad', que como recordó Solana, se dio en el periodo de entre guerras, sobre todo en Alemania, y estaba opuesto al expresionismo y a las vanguardias.

   Dix estaría dentro, entonces, de un "realismo acerado y clínico", dijo Solana, sobre un artista que aspiraba a ser "preciso, minucioso y neutro" en su obra, y que utilizó técnicas clásicas como la tabla y los bocetos a tamaño real para después trabajarlos a solas en su estudio.

   Alarcó, por su parte, recordó que tras algunos experimentos expresionistas, futuristas e, incluso, dadaístas, Dix se decantó finalmente por un lenguaje realista propio que le permitía mostrar de manera crítica su repulsa por la sociedad que le rodeaba. Y destacó como "fundamental" en la obra del alemán el retrato de Erfurth con su perro, "una pintura realista imposible de conseguir en fotografía".

   Técnica de óleo y temple

   Según explicó, demuestra "la superioridad de la pintura sobre la fotografía" de un artista que mantiene una gran relación con las técnicas artesanales de pintura de los maestros antiguos, como la utilización de óleo y temple.

   Para Sedano, esta muestra es, ante todo, "didáctica", al mostrar las técnicas de trabajo de Dix. El equipo del Thyssen ha analizado el retrato de Erfurth por medio de rayos X, fotografía digital y otras técnicas además de mostrar, a través de un vídeo, como trabajaba el artista.

   Otto Dix y Hugo Erfurth se conocieron en el año 1920, cuando era todavía un pintor joven y desconocido, recién llegado a la ciudad de Dresde (1919) tras cuatro años en el frente. Erfurth, quince años mayor y ya consagrado fotógrafo de las principales personalidades de la Alemania de la República de Weimar, se interesó en retratar a la nueva generación de artistas afincada en la ciudad alemana -uno de los centros culturales más activos del momento- propició el inicio de su amistad, que continuaría durante algunos años.
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