OPINIÓN/Víctor Gijón
¿Cabezón, el 'gran crispador'?
Una mentira cien veces repetida sólo tiene posibilidades de triunfar si en origen tiene apariencia, aunque sea mínima, de verosimilitud. El Grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Santander, que lidera Iñigo de la Serna, ha decidido, ellos sabrán por qué, convertir al portavoz socialista, Jesús Cabezón, es un peligroso bolchevique, capaz de agredir por cualquier asunto a los santanderinos y al PP.
Pero el ‘gran crispador’ que reflejan un día si u otro también los comunicados del partido de la derecha, es una imagen que casa como Cabezón como a un Cristo ponerle dos pistolas. El portavoz socialista si de algo peca es de paciencia franciscana y discurso templado ante las bravatas, las descalificaciones y los insulto de que es objeto por parta de los adláteres de De la Serna.
En el PP, sin embargo vuelven la oración por pasiva y con el amparo que les da sin reservas, comprobaciones y nula investigación periodística el diario conservador, insisten una y otra vez en descalificar la oposición de Cabezón por hacer oposición. No importa si para ello es necesario pone en boca del portavoz socialista palabras que no ha pronunciado.
Ha ocurrido recientemente en el debate en torno a quien tienen derecho a pedir una vivienda protegida en La Remonta. Debate abierto por el equipo de Gobierno municipal cuando todavía no se han iniciado las obras en la finca militar cuya cesión a Cantabria se produjo por la gestión del Ejecutivo regional PSOE-PRC y después de que el PP propusiera dedicar la mayor parte de La Remonta a jardín botánico. Si la idea de Piñeiro-De la Serna hubiera triunfado no habría cuestión para discutir sobre quien puede hacerse con una VPO porque sencillamente no se habría construida ninguna.
Ayer mismo el PP de Santander volvía a la carga y acusaba a Cabezón de sostener una doble posición con respecto al anulado aparcamiento de la calle Vargas. Dicen los populares que los socialistas votaron en contra del aparcamiento y que ahora critican la anulación del contrato. Y tienen con razón.
El Grupo Socialista se negó a hacer un aparcamiento en Vargas que los vecinos rechazaban de plano, pero el PP siguió adelante con la idea, habilitando un negocio más a sus amigos constructores, hasta que puesto en la balanza el destrozo electoral que ello podría suponer para su partido, los populares decidieron desistir del proyecto. Pero el concesionario, y además amigo, no está dispuesto a irse de vacío y pidió que además de restituírsele la fianza para la obra, reclamación legítima, se le indemnizara.
Es a esa indemnización, que el PP y el DM pretenden presentar como intereses de demora, falseando una vez más la realidad, a la que se opone el PSOE, porque, en todo caso y en puridad democrática, quien debería pagar los platos rotos fue quien hizo el estropicio: el PP. Y no siendo ello posible legalmente, al menos que lo reconozca políticamente. Pero eso es pedir peras al olmo.
Si (
No(
