Florentino Pérez es el principal responsable de que durante nada menos que un año y medio haya estado cortado un carril del Paseo de la Castellana, la principal arteria de la ciudad, para construir cuatro mastodónticos rascacielos, fruto de una permuta de terrenos entre el Real Madrid, que entonces presidía Pérez, y la Comunidad de Madrid, para que el club blanco trasladase su ciudad deportiva a Valdebebas. A cambio, obtenía el ‘nihil obstat’ para la recalificación del solar de la prolongación de Castellana para levantar las sedes, entre otras, de ACS /(Pérez, nuevamente) y OHL (Juan Miguel Villar Mir).
Fernando Martín (Martinsa, y también ex presidente del Real Madrid) pretende arrasar uno de los pocos pulmones de la capital, el Soto de Viñuelas, cambiando sus árboles por más hormigón, más cemento, más ladrillo…
Y entre tanto, otras empresas del sector, como Construcciones San Martín, se permiten el lujo de cortar las calles sin previo aviso --y, sospechamos, sin permisos oficiales del Ayuntamiento-- para descargar un camión. Veinte minutos, veinte, ha tenido colapsada esta empresa la calle Villanueva y aledaños, merced a su ‘conveniencia’, a las diez y media de la mañana.
Las constructoras imponen la ‘ley de la selva’ en Madrid, donde ellas juegan a ser Tarzán y al madrileño de a pie le convierten en ‘Chita’. ¿Cómo se puede permitir el corte sin más de una céntrica calle por un simple operario? ¿Con qué permiso? ¿Dónde estaban los policías municipales? Y todo, en unos días ya muy próximos a la Navidad, en los que los ciudadanos transitan más por la vía pública para hacer compras.
¿Qué hace el alcalde Alberto Ruiz Gallardón para acabar con este ‘derecho de pernada’?
Si (
No(
