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Sólo tres presidentes autonómicos en la celebración del XXVIII aniversario

Zapatero y Rajoy vuelven a chocar sobre la paz con ETA el día de la Constitución

Zapatero y Rajoy vuelven a chocar sobre la paz con ETA el día de la Constitución

· Según el presidente del Gobierno, "estamos mejor que hace un año"
· El líder del PP pidió tres consensos y dijo 'no' al diálogo con Batasuna

Desencuentro total entre Zapatero y Rajoy en el XXVIII aniversario de la Constitución. Zapatero insistió en que "estamos mejor que hace cinco, diez o incluso quince años". Rajoy contestó pidiéndole tres consensos -en materia antiterrorista, en el modelo de Estado y en memoria histórica- y recalcando que "no se puede hablar de política con una organización terrorista". De nada ha servido, pues, la apelación realizada por el presidente del Congreso, Manuel Marín, al consenso de todos los partidos políticos para profundizar en el proceso de paz en Euskadi. Muchos corrillos, muchos dimes y diretes entre bastidores, pero la pelea política se ha mantenido incluso en la fiesta constitucional.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, apenas sí se limitaron a cruzarse un leve saludo en la recepción ofrecida por las Cortes Generales con motivo del Día de la Constitución. Gran afluencia de público, como en ocasiones anteriores, pero con nutridas carencias: solamente tres presidentes autonómicos -Barreda, de Castilla-La Mancha; Iglesias, de Aragón, y Montilla, de Cataluña- asistieron a los actos en el Congreso de los Diputados.

Entre las ausencias destacadas, la ya habitual del lehendakari vasco Juan José Ibarretxe; pero también la de los nacionalistas de ERC -que forman tripartit en Cataluña con Montilla- y la de los CiU, aunque de estos asistió Jordi Xuclá en representación del grupo catalán. Y entre las 'más comentadas' la de la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, acaso porque sí asistió el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, a quien, por cierto, se le pudo ver acompañando durante un buen rato a Mariano Rajoy.

Y muchas anécdotas a la llegada de los asistentes al acto protagonizadas por los pitos o palmas del público apiñado en la acera contigua al Congreso. Una de las actuaciones más pintorescas de ese público fue cuando recibieron con pitadas y aplausos al mismo tiempo al secretario de Organización del PSOE, José Blanco, y al alcalde Ruiz-Gallardón. Claro, como llegaron juntos, no se supo para quién iban los pitos y abucheos y para quién las palmas. Pero una de las más lamentables actuaciones de ese mismo público fue la dirigida al presidente Rodríguez Zapatero a su entrada al Congreso: gran abucheo y gritos de "sangriento". Un episodio simplemente lamentable que, sin embargo, no rebajó la sonrisa de Zapatero.

Si alguien esperaba un mínimo encuentro político entre los dos principales partidos de la oposición, se equivocaba. Ni siquiera el discurso inicial de Manuel Marín, abogando por recuperar el consenso de todas las fuerzas políticas para llevar adelante el proceso de paz en Euskadi, sirvió de catalizador. PP y PSOE se mantuvieron en sus líneas habituales, no sólo en los corrillos que se formaron, sino en las comparecencias ante la prensa mantenidas por Zapatero y Rajoy en el Vestíbulo de Isabel II.

En una amplia comparecencia, Mariano Rajoy replicó 'contundentemente' a Rodríguez Zapatero, quien unos minutos antes había afirmado en una declaración institucional que respecto al proceso de paz "estamos mejor que hace cinco, diez o incluso quince años", y también que "lo importante no es la expectativa que tenemos hoy mismo, sino la firmeza". En respuesta al presidente, Rajoy pidió tres  consensos: uno en materia antiterrorista, pero con la base del regreso del Gobierno al pacto antiterrorista; otro sobre el modelo de Estado, y un tercero en materia de historia de España.

Sobre la política antiterrorista, el mensaje de Rajoy fue claro y contundente: "[Zapatero] Tuvo nuestro apoyo hasta que decidió hablar de política con ETA y Batasuna", momento en el que se rompió. Para volver al consenso, de manera que el 'mensaje' que se transmita a los terroristas sea de que hay unidad entre los dos partidos que pueden gobernar alternándose en los próximos años, Rajoy puso sus condiciones, que, en síntesis, son: "No se puede hablar de política con una organización terrorista" y, dos, "[ETA] no puede tener un brazo político en las instituciones [Batasuna u otra fórmula similar]". Es decir, no a la legalización de Batasuna hasta que no se disuelva ETA -"sin concesiones políticas"- y los violentos no condenen la violencia.

Sobre el modelo de Estado, Rajoy pidió un consenso sobre la base de que "no se puede decir lo que tiene que ser España en contra de la voluntad de muchos españoles". En este aspecto, Rajoy insistió en las fórmulas para la reforma de la Constitución que ya propuso el pasado fin de semana en la Conferencia que el PP celebró sobre esta materia y que no precisan de ningún referéndum. La idea para el PP está clara: primero, respeto por las reglas del 'juego institucional' -que no se cambien de forma unilateral fórmulas de elección, por ejemplo, en el Tribunal Constitucional, como acaba de hacer el Gobierno socialista., y segunda, un gran acuerdo sobre el Título VIII que creen los populares que el constituyente no quiso cerrar en su momento, dejando la puerta abierta a su construcción consensuada durante años.

Sobre la 'memoria histórica', Rajoy ha pedido que Zapatero retire su polémica ley y que "no busque en el pasado españoles buenos y españoles malos". "Nada tengo que ver yo ni nadie de mi familia con lo que ocurrió en España hace 70 años", es decir, que no tiene miedo a lo que pueda salir, pero que no es bueno reabrir viejas heridas.

Mucho 'pasilleo' popular

Los 'mensajes' de Mariano Rajoy vinieron precedidos de numerosas anécdotas y de mucho 'pasilleo' por parte de él mismo, Eduardo Zaplana y Ángel Acebes. Tanto Zaplana como Acebes reunieron a nutridos grupos de periodistas mientras Rajoy, como señalábamos arriba, hablaba muy concentrado con Alberto Ruiz-Gallardón. ¿Qué le decía Rajoy a Gallardón? Queda para el reservado, pero es previsible que la 'ausente' Esperanza Aguirre estuviera presente en la conversación.

Más 'animado' estuvo el corrillo de Zaplana. El portavoz popular desarrolló ante los periodistas su curiosa teoría del adelanto electoral general al mes de marzo. Éstas son sus 'razones': que las encuestas -no se sabe cuáles- preconizan un'mazazo' para el PSOE en las elecciones municipales y autonómicas y que, claro, un desastre electoral así haría que el Gobierno perdiera expectativas de voto en las generales.

Además, que el proceso de paz en el País Vasco -según Zaplana- atraviesa por sus peores momentos y estaría al borde de la ruptura. Luego, lo más 'razonable' y lógico' es que se produzca un adelanto electoral. Veremos.

Otras anécdotas fueron protagonizadas por el propio Mariano Rajoy ante los periodistas. Dos son especialmente reseñables. La primera, cuando arremetió a su manera contra José Blanco, el influyente 'número dos' del PSOE. Y esto es lo que dijo: "El problema no es que haya un secretario de Organización; el problema para Zapatero, o para el PSOE] es que exista un presidente del Gobierno dispuesto a permitir que haya un secretario de Organización como ése [el socialista José Blanco]".

Y la segunda, para Rodríguez Zapatero directamente. Comentaba Rajoy con su fina ironía gallega habitual que Zapatero 'no entiende' las propuestas del PP sobre el modelo de Estado y lo comparaba con su propio hijo pequeño: resulta que éste le tiró casi a la cabeza un avión mientras, estando en su casa, Rajoy ultimaba alguna de las propuestas que iba a presentar en la pasada Conferencia del PP: "A él [su hijo] también le debió de parecer una chorrada, pero, claro, él tiene un año y medio".

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