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La Audiencia Nacional entiende que hay falta de pruebas

El sanguinario 'Txeroki', absuelto por el intento de  asesinato de Enrique Ybarra

El sanguinario 'Txeroki', absuelto por el intento de asesinato de Enrique Ybarra

La Audiencia Nacional ha absuelto al ex jefe militar de ETA Garikoitz Aspiazu Rubina, alias 'Txeroki', tras el primer juicio que tuvo que afrontar en España al no hallar pruebas de que participase en el intento de asesinato del presidente del Consejo de Administración del  Grupo Correo, Enrique Ybarra, que se produjo el 17 de enero de 2002.
En una sentencia hecha pública este jueves, la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal considera que la "carga de la prueba" esgrimida por el fiscal, que solicitaba una condena de 15 años de cárcel, resulta "insuficiente" para acreditar que el que fuera jefe militar de ETA entre 2004 y 2008 participara en el envío de un paquete bomba a Ybarra, que fue interceptado y desactivado por la Ertzaintza. En concreto, el fiscal Pedro Rubira defendió como principales pruebas una pericial de inteligencia según la cual el atentado fue cometido por el 'comando K-Olaia', al que pertenecía el ex jefe militar en el momento de los hechos, y los restos biológicos del acusado que fueron encontrados en la vivienda que ocupaban los integrantes de este grupo. Para el tribunal, "el único resultado objetivo e inequívoco" de estas diligencias es la "estancia del acusado" en esa vivienda. Chulería durante el juicio Durante el juicio, en el que 'Txeroki' renunció a defenderse y calificó el procedimiento de "espectáculo", el fiscal sostuvo su acusación en una pericial de inteligencia que acreditaba que el atentado fue cometido por el 'comando K-Olaia', al que supuestamente pertenecía Aspiazu Rubina en el momento de los hechos, a partir de los papeles incautados a Ibon Fernández de Iradi, 'Susper', en la localidad francesa de Tarbes en diciembre de 2002. Además, el tribunal ha valorado que los restos biológicos del acusado fueron encontrados en un mapa, un cepillo y un sujetador hallados en la vivienda de Amorebieta (Vizcaya) que ocupaban Asier Arzalluz e Idoia Mendizabal, ya condenados por estos hechos. Allí también se encontraron una carpeta de color azul y una revista de crucigramas en la que fue identificada la escritura del ex jefe militar etarra. Estuvo en el piso de Amorebieta La sentencia, de la que ha sido ponente la magistrada Carmen Paloma González, sostiene que con estas pruebas "el único resultado objetivo e inequívoco" que se puede acreditar es "la estancia del acusado" en esta vivienda "antes de la detención de su último morador en septiembre de 2002", pero no que participara en el envío del paquete bomba. "Con independencia de quiénes eran los integrantes de uno u otro 'comando' en aquellas fechas, la conclusión a la que los citados peritos llegan, esto es, el concreto envío del paquete bomba por el acusado, no puede ser asumido como acreditado por el tribunal al no constar dato alguno corroborador a lo largo de la investigación realizada", afirma el tribunal. Además, los magistrados de la Sección Cuarta estiman que la prueba pericial genética "no puede ser valorada" porque su ampliación no fue incorporada a la causa "en el momento procesal oportuno", aunque añaden que estas evidencias no afectan a "la conclusión ya alcanzada por el tribunal". Etiqueta de CONFEBASK El paquete bomba, que fue enviado al domicilio de Ybarra, contenía entre 210 y 230 gramos de dinamita Titadyne con un sistema trampa de apertura para que explotara cuando fuera manipulado. La caja fue enviada en nombre de la Confederación Empresarial Vasca (Confebask), con todos los datos concernientes a su sede social. Tanto la etiqueta del remitente como la del destinatario fueron mecanografiadas con una máquina de escribir que fue incautada en septiembre de 2003 en el domicilio que compartían los terroristas en Amorebieta. Durante la vista oral, 'Txeroki' desobedeció en dos ocasiones la orden de la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, de ponerse en pie y se mostró tranquilo, serio y desafiante, salvo cuando saludó a los seis amigos y familiares que acudieron a la sala de vistas. El acusado se agachó en cuatro ocasiones para mirar la cara de los testigos protegidos que estaban declarando contra él. De esta forma, se ganó el reproche de la presidenta del tribunal, que le recordó que tenía derecho a conocer la identidad de los declarantes pero no a pasearse por la zona blindada.   VEA LA SENTENCIA DE FORMA ÍNTEGRA - Lea también: Identificado el etarra detenido en Francia Francia arresta a un presunto etarra cuando robaba un coche 
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