'Transformers, el lado oscuro de la luna': ... y del cine

Si la asistencia y la expectación ante el pase de prensa de una película sirviese para hacerse una idea de la  recaudación, eso significa que esta tercera parte de Trasnformers va a ser el blockbuster del verano, pero como dijo aquél “vencerán pero no convencerán”. Así que este subproducto se convertirá en un taquillazo y a su director, Michael Bay, le seguirán dando tropecientos millones de dólares para que “dirija” su siguiente proyecto. Claro que si para tener 300 millones de espectadores hay que rodar cosas como esta, apañados vamos. Dado que no hay historia, ni personajes, ni nada que se le parezca, las más de dos horas y media de película se antojan algo exageradas. No es que la película se haga larga, es que se hace interminable. Podrían haber cortado toda la parte de la historia (es un decir): la relación de pareja, la estúpida aparición de John Malkovich, los intentos de humor con los padres; y haber dejado sólo los tiros y explosiones que es en lo único en lo que parecen haberse esmerado. Lo malo del asunto es que aun así la película seguiría durando más de dos horas. En cuanto a los actores, poco se puede decir (es lo que pasa cuando no se tiene material con el que interpretar), pero vamos a intentarlo, Shia LaBeouf quiere que Spielberg ruede una nueva de Indy, Rosie Huntington-Whiteley, sustituta de Megan Fox, es muy mona y, por último, Frances McDormand, John Turturro y John Malkovich llamaron durante el rodaje a los hermanos Coen para preguntarles por su próximo proyecto En definitiva, hay películas muy buenas, buenas, regulares, malas y luego están cosas como Transformers. Podría escribir diez páginas más hablando de lo mala que es y soltar toda la mala baba posible sobre ella, pero eso sería darle mucha más importancia de la que tiene. Es evidente que hay cosas mucho peores en el mundo que el hecho de que Michael Bay haya vuelto a rodar un rollo infumable. Lea también: 'El viaje del director de recursos humanos': Descubriendo su humanidad 'Insidious': Terror a medias '¡Que dilema!': ¿Por qué? ¿Por qué? 'Senna': El segundo es el primero de los perdedores 'El castor': Mel Gibson y su marioneta 'Piratas del Caribe 4': En mareas más que conocidas 'Medianoche en París': La magia ha vuelto Vídeo: Lindsay Lohan, transformada