Más de 300 personas, toda la 'izquierda clásica' estaba allí, en el tanatorio de Tres Cantos, en la despedida del camarada Enrique Curiel. Desde Santiago Carrillo, con quien estuviera tan unido en tiempos lejanos y que destacó su carácter (el de Curiel) de "antiguo comunista", hasta José Bono, camarada después en las filas del Partido Socialista, que habló especialmente de la humildad de Curiel, de que murió sin enriquecerse, sin valerse de la política, con humildad y con decencia.
Por expreso deseo suyo, el féretro de Enrique Curiel -'el Curi', siempre 'el Curi' para los amigos- se cubrió con la bandera del Partido Comunista de España, al que Curiel se afilió en 1969, en plena juventud. Y allí estaban algunos antiguos camaradas, como Gaspar Llamazares o los Mullor, pero apenas ninguno de los nuevos que, prácticamente, ni le conocieron, o no quieren conocerle.
Socialistas, su último partido de militancia, sí, y muchos: desde el presidente del Senado, Javier Rojo, hasta diputados de viejo y nuevo cuño: José María Benegas, Francisco Fernández Marugán, Eduardo Madina. De la derecha, solamente visible uno: quien fuera ministro del Interior en la etapa de UCD, Rodolfo Martín Villa. Periodistas, muchos; 'el Curi' fue de los primeros en abrir las puertas cerradas y clandestinas del PCE a los medios de comunicación.
Por deseo suyo será enterrado en su Vigo natal. Hasta siempre, Enrique.
VEA TAMBIÉN:
>> Fallece Enrique Curiel, ex dirigente comunista y ex senador
Si (
No(
