La Cumbre de las ausencias. Este es el resultado de la reunión que en estos momentos se está viviendo en Estoril. Hasta ocho de los veintidós gobernantes que debían estar en la Cumbre han excusado su presencia. Entre ellos, casi todos los países que comparten la filosofía populista del caudillo venezolano: Bolivia, Nicaragua, Paraguay y Guatemala. De los miembros de este 'club', sólo el presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha decidido cruzar el charco para aterrizar en Portugal.
No sólo los bolivarianos han dado la espalda a Estoril. A estas ausencias habría que sumar la ya habitual de Cuba, que como siempre suele ser una incógnita hasta horas antes de que comience la reunión. Tampoco el presente uruguayo Tabaré Vázquez, debido a que su país celebraba este domingo la segunda vuelta de las presidenciales y, como no, Honduras, que entre la crisis de gobierno y las elecciones ‘trucadas’, según Zelaya, no estaba para este tipo de concentraciones.
Incógnitas, todas las del mundo. ¿Por qué no han venido? Nadie lo sabe. Las excusas son desde problemas internos hasta procesos electorales, caso de Uruguay y Honduras, pero si Chávez y sus amigos no se encuentran en ninguna de esas opciones, el por qué continúa en el aire, aunque con la sombra y el rumor de que simplemente los bolivarianos han decidido boicotear el encuentro con su no presencia.
Los resultados en Honduras
Lo cierto es que los líderes iberoamericanos han llegado a Estoril con posiciones enfrentadas sobre la legitimidad de los comicios. Mientras Panamá, Perú y Costa Rica se han mostrado abiertamente dispuestos, aunque con matices, a reconocer los resultados, Venezuela, Brasil, Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador, Guatemala, Nicaragua y Paraguay se sitúan en el extremo opuesto y argumentan que los comicios carecen de legitimidad, ya que no se dan las condiciones necesarias para garantizar la transparencia de las votaciones y la libertad de expresión.
La postura de España es de ‘stand by’. El país considera que las elecciones no podrán cumplir el papel para el que se pensaron ya que no se producirán en las condiciones que fijaba el acuerdo Tegucigalpa-San José, firmado en octubre por Zelaya y el presidente de facto, Roberto Michelleti, que preveía la formación de un gobierno de unidad nacional y establecía que sería el Congreso Nacional el que decidiría si Zelaya debe ser o no restituido.
México, por su parte, ha dicho que no se pronunciará hasta después de los comicios, mientras que el resto de países de la región se mueven en la ambigüedad o ni siquiera se han pronunciado.
El próximo 2 de diciembre se reunirá en Parlamento en Tegucigalpa. Ese encuentro posiblemente marcará la postura de los países que se encuentran es ‘estado dudoso’ como España y México. Lo que en un principio iba a ser la Cumbre de la innovación y el conocimiento se ha convertido en una reunión para analizar los diferentes puntos de vista frente a Honduras. De momento, la polémica está servida.
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