Si analizamos la población de América Latina durante medio siglo, entre 1825 que es cuando finalizan las luchas independentistas y 1875 que es cuando comienzan los procesos de urbanización; comprobamos que la población de toda América (a excepción de los Estados Unidos) creció alrededor de un 1% anual que coincide con una tasa semejante en Europa. El crecimiento fue mayor en zonas en las que era posible cultivar o extraer productos o materias primas que tenían buena demanda en Europa. En estos lugares el crecimiento demográfico fue más dinámico.
Un caso muy ilustrativo está en las tierras rioplatenses que crecieron muchísimo por el impulso de la exportación ganadera. La Argentina pasa de tener 1.100.000 habitantes en 1850 a 4.693.000 en el año 1900. El Uruguay que tiene solamente 132.000 habitantes en 1850, llega a los 915.000 en el 1900. Es evidente que hay una relación directa entre el crecimiento de las exportaciones agrícolas y el crecimiento de la población. Desde los dos puertos platenses salían miles de toneladas de cereales, carne, cueros y lana.
“Un medio nos queda de curar todos nuestros males: doblar nuestra población con inmigración norteuropea” [José Hernández (1834-1886)]
Las autoridades administrativas coinciden en que para aumentar la producción son necesarias más manos pero quieren que las manos sean europeas. Las dos repúblicas levantan sus barreras y los barcos descargan miles y miles de esperanzas en los muelles. Así es que los canarios van a Venezuela y los portugueses a Brasil pero los calabreses, genoveses, lombardos, piamonteses, napolitanos, vascos y gallegos a la Argentina y al Uruguay.
“Ao fim do século, Argentina e Uruguai fervilhavam com un milhao e meio de imigrantes, principalmente italianos e espanhóis, mas tambén alemaes, polonoses e outros e pesavam já no mercado mundial como grandes exportadores de carne e trigo” [Darcy Ribeiro, As Américas e a Civilizaçao]
A partir de 1870 es cuando se puede hablar de emigración masiva de europeos hacia América ya que son tiempos de crisis en la producción agrícola en Europa, aunque no todos los países fueron receptores masivos porque solamente destacan cinco países. Argentina (cuatro millones), Brasil (dos millones), Cuba (600.000), Uruguay (600.000) y Chile (200.000). En el escenario rioplatense son mayoría los italianos que entre 1860-1900 son más de la mitad del total. Hasta el 1900 la mayoría italiana era del norte pero luego vienen los del sur. En Argentina entre 1880-1930 suman un total de 2.325.000 siendo el 16.3% del Piamonte y un 13.6% de Calabria y un 11.3% de Sicilia. Los más antiguos eran de Liguria ya que llegaron a principios del siglo XIX forzados por la anexión al Piamonte.
“En 1867 han entrado 50.205 inmigrantes. Todo depende de la paz, para que la inmigración continúe desenvolviendo su movimiento ascendente. No es solamente el número de emigrantes lo que debe llamar nuestra atención. No basta atraer al inmigrante. Es necesario radicarlo en el suelo y darle tierra o el trabajo, a los que pueda deber su subsistencia y su prosperidad” [Nicolás Avellaneda, mensaje del presidente argentino al Congreso en mayo de 1868]
En estos años de comienzo del siglo XX eran muchos los emigrantes que iban por una temporada al sur rioplatense. Se quedaban el tiempo necesario para ahorrar unos pesitos que le permitiesen volver a la aldea para poder comprar una finca que agregar a sus tierras de modo que fuese más rentable su vida de labrador.
Manuel Suárez Suárez
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