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El mes de octubre en Buenos Aires

El mes de octubre en Buenos Aires

Por Manuel Suárez Suárez
lunes 30 de septiembre de 2019, 19:03h
Estoy viendo a doña Macrigaita intranquila. Su actual estado de ánimo no se debe a la primavera que debería de alegrarle porque le encanta pasear por debajo de un par de jacarandás que en la esquina de la avenida se salvaron del machete del jefe Berreta que desgobierna la ciudad de Buenos Aires. Ayer nomás decía que si queremos transporte moderno es necesario proceder a la tala de los árboles que interrumpen el paso del “Metrobús”. Ahora, después de matear con su apreciada “Abuelita” cambió de parecer ya que disfrutar de las hermosas flores en la vereda no tiene precio. Sin darse casi cuenta está panquequeando. Al igual que otros votantes macristas –-que jamás lo comentarán en público--- se arrepiente de ser cómplice del gran afane masivo de la “MacriBanda”.

En este mes recuerda que sus padres hablaban del exceso de lluvia que en Galicia estropeaba las cosechas. En aquellos tiempos les daba poca bola. No entendía el significado de que “a auga do outono mata a seu dono”. La verdad es que tenía el pensamiento en otras cosas que le parecían importantes. Al final resultó eran las banalidades típicas de la sociedad porteña en la que siempre estuvo ausente la identidad. Recién se avivó de que pudo ser enredada por las chamuyadas del contrabandista calabrés al olvidarse de las raíces. Sentía que siendo una auténtica porteña debe de putear a los que no quieren agarrar la pala. Se olvidó de que nunca tuvo una pala en la mano. Con una simple frase la metieron en una bolsa y la quedó como una otaria más del grupo boludo de anhelantes compradores de dólares baratos.

Bueno, quizás sea otro panqueque más pero le está dando vueltas a un apunte que hizo en su cuaderno de cocina, al lado de una receta de merluza al horno, de lo que dijo hace poco el Papa Francisco en la República de Mauricio, un país donde una de sus islas se llama “A Galega”. Semeja que está describiendo lo que hizo Macri en estos casi cuatro años de intensa pérdida en la calidad de vida de la gran mayoría de argentinos. Dijo el Papa al despedirse de sus anfitriones en el Índico: Os animo a no sucumbir a la tentación de un modelo idólatra que siente la necesidad de sacrificar vidas humanas en el altar de la especulación y la mera rentabilidad, que solo toma en cuenta el beneficio inmediato en detrimento de la protección de los más pobres, de nuestro medio ambiente y de sus recursos. Siendo católica tengo que estar con el Papa aunque es evidente que Jorge de Flores es medio peroncho. Antes los Papas hablaban del rezo para entrar en el cielo pero parece que también al Vaticano llegó el panquequismo.

Doña Macrigaita está sorprendida de ver a gente conocida que ayer le venían con globitos amarillos para atar en el balcón y ahora son más “albertistas” que el propio Alberto Fernández. Algunos disimulan el paso a las tiendas “F & F” haciendo la salvedad de que solamente apoyan al Number One y no quieren saber nada con la Number Two. Es lamentable que haya tantos ciudadanos carentes de convicciones. Varias de sus amistades –-nacidas en Galicia--- se enfurecían contra Cristina porque no les dejaba cobrar en dólares o euros, la pensión que le envían desde el Reino de España. Criticaban el cepo cambiario diciendo que así el país no caminaba. Lo que no tengo claro es la razón de no criticar que el actual precio del dólar ande por las nubes. Si pegás bandazos no ayudás al progreso del país pero aumentás el laburo de las psicólogas y pitonisas de la CABA que dicen son muy competentes en su oficio.

Va a aprovisionarse de yerba para que no le falte su medicinal “Abuelita” en el domingo electoral mientras espera el cierre de las urnas y el escrutinio de los votos. Es una fija que don Alberto será el nuevo presidente pero lo realmente interesante serán los comentarios de los mercenarios del “Clarinete” y también la sabia reflexión de la siempre ubicada señora diputada que es muy conocida por ser la madre de un narcotraficante. Otra linda sorpresa estará en la mesa panquequera de la Momia Legrand. Es sabido que abundará en elogios al nuevo presidente. Te dirá que además de sus amplios conocimientos en derecho penal tiene un bigote que lo hace ser una persona de confianza y quizás te muestre alguna grabación donde se le ve en compañía de Dylan. Se vienen unos años de esfuerzo para recuperar la luz que apagó el gran trucho don Mauricio.

Manuel Suárez Suárez
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