Ubi panis ibi patria

“y luego, in continente,

caló el chapeo, requirió la espada,

miró al soslayo, fuese, y no hubo nada”

Cervantes, con su fina ironía, se burla de la grandiosidad fatua del túmulo a Felipe II en Sevilla, en este estrambote: mucho, mucho, mucho, y detrás, nada. Los valentones del momento acuden en ayuda de los despropósitos grandilocuentes: “Y el que dijera lo contrario, miente”. Tras el mucho ruido de una discusión callejera, requiere el valentón la espada, miró con altanería alrededor, volvió la espada a su funda, y no pasó nada.

El INDEPENDENTISMO no debe confundirse con la INDEPENDENCIA. Esta palabra designa una realidad política, que lleva a la separación de una parte, del todo al que pertenece, creando una realidad política nueva del todo y de la parte. O sea, lo que usaban los nacionalistas para asustar a los unionistas. “Nos vamos, nos vamos, nos separamos”. Con esta música provocaron el paripé del 9 de noviembre, y el intrépido ASTUTO MAS, (por cierto, imputado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por este asunto) anticipó las elecciones regionales.

Yo, en mi cortedad, intuía que no habría separación ni nada, como dice Cervantes en el estrambote de su soneto. Y no la habría, pensaba yo, por dos razones:

La primera, es que la mayoría de los catalanes no quieren irse porque están razonablemente contentos con estar en España, y, consecuentemente, en Europa. España y Europa son un buen seguro de vida para ellos, que fuera de esa realidad política no tendrían. Fuera hace mucho frío, y los catalanes serán egoístas, pero no tontos.

La segunda porque, consumada la separación, se acaba una cantinela que “obliga” al denominado Estado Español a hacerse cargo de los dineros que el gobierno de CONVERGENCIA se ha gastado en alegrías, tales como las “embajaditas”, o en la creación de la estructura estatal paralela, cuyo resultado es de traca (la invitación a los inspectores de hacienda y a los jueces, por ejemplo, del gobierno del ASTUTO ha sido un fracaso clamoroso). Les es rentable mantener una relación de enemistad con España, pero no romperla, porque España es quien paga, como sucede con los malos hijos: se llevan muy mal con sus padres pero van a comer y a dormir a la casa de ellos. Su patria y su casa están allí donde está su pan: UBI PANIS IBI PATRIA, como decía el clásico.

Como muchos jóvenes de hoy, pegan a sus padres, los amenazan, los castigan, los desprecian, pero no se van de casa. Los separatistas catalanes son lo mismo: desprecian a
ESPAÑA y a lo español, pero, en realidad, no quieren irse. Yo estaba seguro de que, de una manera u otra, con votos suficientes para la separación o sin ellos, CATALUÑA NO SE IRÍA porque irse no es buen negocio para los politicastros que los gobiernan. Ya buscarían una excusa u otra para mantener el tipo: que si no es la hora, que si hay que esperar a las generales, que si… ¡qué sé yo!. Y aquí seguirían, como van a seguir.

“REVUELTOS POR EL SÍ” no ha llegado donde dice que quería (a la mayoría absoluta de escaños y de votos) para plantear la DUI (declaración unilateral de independencia). Tiene a la CUP del Sandalio, que puede ser su muleta para alcanzar la mayoría en escaños. Pero la CUP ha dicho eso de que “no se junta con burgueses y delincuentes”, lo que para ellos es una misma cosa. Mal se iban a casar el agua y el aceite: un partidos de burgueses (CDC), con un grupo anarquista y anti-todo. Pero puede que sí: cosas más raras se han visto en Cataluña.

En definitiva, que les es más rentable seguir torturando al resto de ESPAÑA con la amenaza de la separación, que separarse de verdad, y olvidar estos afanes legalmente irrealizables. Y la excusa de que MADRIT no dialoga ya no cala: ¿es diálogo pedir que el interlocutor se lo trague todo, y siga pagando la cama?

Veremos a ver cómo acaba esto, porque cualquier cosa puede pasar.