Dos de cada diez de los contribuyentes más ricos de la Comunidad acapara el 28% de los ingresos, según Gestha
La desigualdad en Castilla y León se redujo un 16,4 por ciento en 2012
domingo 01 de diciembre de 2013, 18:53h
Dos de cada diez de los contribuyentes más
ricos de Castilla y León acapara el 28 por ciento del total de los
ingresos declarados en 2012, según los datos facilitados por los
técnicos del Ministerio de Hacienda (Getsa) en su informe 'La
desigualdad en crisis: hombre rico, hombre pobre', presentado en su XIII
Congreso Anual celebrado en Granada.
El 80 por ciento de las rentas restantes acumuló un valor
porcentual de ingresos de 72, mientras que 20 de cada cien de los
declarados "más pobres" representa un cinco del total de los ingresos,
según ha informado Getsa.
De hecho, según este índice, que sirve para medir si la riqueza
está "bien repartida o no" --cero el valor más equitativo y uno el más
desigual-- el registro español se sitúa en un 0,32, lo que supone un
nivel "elevado" para un país como España, que "teóricamente se encuentra
entre los países más desarrollados".
No obstante, este coeficiente varía "sustancialmente" en función
de las distintas comunidades autónomas analizadas, donde Madrid y
Cataluña son las que presentan "mayores brechas de desigualdad" al
concentrar el mayor número de grandes fortunas.
Sin embargo, la desigualdad se redujo o se mantuvo estable en
Castilla y León (-16,4 por ciento), Extremadura (-8 por ciento) y
Galicia (+1 por ciento). Según Gestha, esto se debe a que son autonomías
en las que la densidad de grandes patrimonios es "mucho menor", lo cual
no crea una situación de "disparidad" con el resto de los asalariados,
que ganan rentas "mucho más modestas".
Los técnicos han subrayado que esta brecha se ha abierto "más" en
los últimos años como consecuencia de la crisis, ya que en 2007 el
índice de Gini se situaba en el 0,28, y aumentó un 10,8 por ciento en
2012.
En este intervalo, fueron los años 2009 y 2010 los más dramáticos
al incrementarse en casi dos millones el número de parados y al
deteriorarse con mayor intensidad la economía española, que llegó a
retroceder un 3,7 por ciento, "dejando las cuentas públicas al borde del
colapso".
Medidas para las grandes fortunas
Para frenar esta situación, el Ministerio de Hacienda ha propuesto
intensificar la lucha contra el fraude, y enfocarla en investigar la
evasión protagonizada por las grandes fortunas y grandes empresas, que
concentran más de siete de cada diez casos de fraude fiscal total. Esta
parte supone una pérdida recaudatoria para el Estado de más de 42.000
millones de euros anuales.
Al mismo tiempo, el informe ha abogado por crear un impuesto sobre
la riqueza de ámbito estatal, lo que evitaría las bonificaciones
autonómicas al cien por cien de la cuota, con mínimos exentos similares a
los vigentes en el Impuesto sobre Patrimonio, aunque el tipo efectivo
de este nuevo tributo debería triplicar al del actual impuesto para ser
efectivo. De este modo se podría conseguir una recaudación adicional de
3.400 millones de euros anuales, han apuntado las mismas fuentes.
En este sentido, el presidente de Gestha, Carlos Cruzado, ha
asegurado que la puesta en marcha de un gravamen sobre la riqueza de
carácter estatal "tendría un mayor efecto sobre la recaudación y
serviría para evitar la aplicación de nuevos recortes, con los que sólo
se añade más presión sobre la economía de las clases medias y
trabajadoras".
A este objetivo también ayudaría, según el Ministerio, una
reorganización de la Agencia Estatal Tributaria (AEAT) que dedicara "más
esfuerzo" a perseguir el fraude de las multinacionales y grandes
compañías del país, en vez de concentrar al 80 por ciento de los
recursos a lo "más fácil" que es investigar a autónomos, microempresas,
pymes y asalariados, además de adoptar medidas para ejercer un "mayor
control" de la eficiencia del gasto público.
Según el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, "si
se adoptaran estas medidas, y se redujera la elusión de las grandes
fortunas y multinacionales, el sistema fiscal contribuiría a reducir la
desigualdad por el efecto redistributivo que debería tener el sistema
fiscal, en general, y el IRPF en particular".