El presentador del acto: "Montoro, suba a la primera planta, bájese del ficus"
Gala reivindicativa en la inauguración de la Seminci
José Coronado agradece a Valladolid que siga "al pie del cañón" en
su aportación de "cine de calidad"
sábado 19 de octubre de 2013, 22:33h
La gala de inauguración de la 58 edición de
la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) se ha
convertido, como ya ocurriera en la 57 edición, en un alegato en favor
del cine de autor frente al actual IVA y al cierre de salas derivado de
la crisis económica y la caída de público.
El acto, presentado por el actor, músico y cómico Nancho Novo, ha
tenido también alusiones a las últimas declaraciones del Ministro de
Hacienda, Cristóbal Montoro, acerca de la calidad del cine español.
"Montoro, suba a la primera planta, bájese del ficus", ha sido una
de las bromas realizadas por Novo durante el repaso a los
patrocinadores del festival, ante la hilaridad del público que llenaba
el Teatro Calderón de la capital vallisoletana.
Asimismo, el conductor de la gala ha sugerido que el cine de autor
"es como el otro, pero sin cobrar", por lo que está "muy en auge en
estos tiempos", al tiempo que se ha identificado como personaje de la
"cultura" y no del "entretenimiento", ya que "entre ser culto y ser
entretenido hay 13 puntos de diferencia", aunque ha aclarado que no
estaba "hablando del IVA".
En este sentido, Nancho Novo ha reconocido la presencia habitual
de los actores en manifestaciones, aunque ha advertido de que lo hacen
para verse, ya que hasta ahora lo hacían en los estrenos, pero "ya no se
estrenan películas" debido a la crisis.
Por su parte, el padrino de esta edición del festival, el actor
José Coronado, ha agradecido a Valladolid que siga "al pie del cañón" en
su aportación de "cine de calidad" y ha considerado "fantástica" la
selección de cintas este años.
Coronado, que ha subido al escenario precisamente con la música de
la película 'El Padrino', se ha confesado "emocionado" por estar en el
mismo teatro al que acudió por primera vez "hace 30 años". Precisamente,
él ha sido el encargado de leer la carta del director de la Seminci,
Javier Angulo, quien ha vuelto a criticar la subida "abusiva" del IVA al
21 por ciento, lo cual, sumado a la "reducción de la asistencia" y la
"muy cara renovación tecnológica" de las salas, ha provocado "el cierre
de varias de ellas.
Por ello, ha reivindicado "más que nunca" el cine "intimista, con
pocos medios, pero con dignidad, ambición y verdad". "Un cine que sirva
para algo más que para entretener", ha añadido.
Angulo ha lamentado también que desde hace tiempo, a los
distribuidores "no les compensa importar cine de autor europeo", a lo
que se suma la "merma" de emisiones de este género en televisión en
favor de "películas espectáculo de grandes estudios norteamericanos".
"Si desaparece este cine, desaparecerá también el cine en versión
original, un cine capaz de contar historias que apelan a nuestros
sentimientos y ayudan a conocer mejor al ser humano", ha advertido.
Ante esta situación, el director de la Seminci ha recordado que el
cierre de salas afectará también a los realizadores nacionales, que se
quedarán "sin posibilidad de exhibir" y que, por tanto, "necesitarán
esos escaparates únicos" de festivales como el de Valladolid, al cual ha
definido como "de autor por antonomasia" y para el que ha reclamado un
"apoyo cerrado y sincero".
Tras la carta del director del festival, quien concluía con una
invitación a los más jóvenes para que consuman cine y vuelvan a las
salas como "acto social" para brindar "un futuro más esperanzador", el
actor Eduardo Noriega, acompañado del también intérprete Alfonso
Bessave, ha trasladado su cariño por la Seminci, la cual visitó desde
muy joven por tener a su hermano en Valladolid.
Espiga de Honor
Uno de los momentos más esperados de la noche ha sido la entrega
de la Espiga de Honor al afamado director francés Jacques Audiard, que
la ha recogido de manos de la actriz Marisa Paredes y del guionista galo
y amigo de Audiard Thomas Bidegain. Audiard ha dedicado el galardón con "todo" su "corazón" al cine
español, el cual "lo necesita mucho", tras lo que ha confesado su amor
por Pedro Almodovar.
Asimismo, ha planteado sus dudas sobre el merecimiento de la
Espiga con tan sólo seis películas realizadas y ha propuesto regresar a
Valladolid con la duodécima cinta para rendir cuentas. "Si los
decepciono, les devuelvo la Espiga", ha prometido.
A continuación, ha llegado el turno de presentar al jurado
internacional, así como los distintos ciclos de la Seminci, entre los
cuales se encuentra el de cine de Marruecos, país invitado en esta 58
edición. Minutos después se ha proyectado el tradicional vídeo en el que
se recuerda a los fallecidos en el último año, entre quienes en esta
ocasión se encontraban Alfredo Landa, Elías Querejeta o Constantino
Romero, entre otros muchos, a quienes se ha rendido homenaje con un gran
aplauso.
Al margen de esto, se ha rendido también homenaje destacado al
fotógrafo vallisoletano Luis Laforga, fallecido en el último año y
retratista de numerosas ediciones de Seminci.
También en esta gala se ha entregado otra Espiga de Honor al
cineasta estadounidense Paul Schrader, el cual ha dado las gracias a
Valladolid por permitirle disfrutar de "este maravilloso día de otoño".
El cine español, protagonista del ciclo Spanish Cinema, y los
documentales de Tiempo de Historia, la elección de 'Amanece que no es
poco' como la mejor película española de los últimos 60 años, así como
las primeras y segundas películas de Punto de Encuentro, han sido
protagonistas de una gala que dio paso a 'Todos queremos lo mejor para
ella', película que abre la 57 Seminci y que ha sido presentada por todo
su equipo, encabezado por su directora, Mar Coll.
Jacques Audiard
El afamado director francés Jacques Audiard ha
considerado este sábado que lo que se encuentra en "tela de juicio" es
"la cuestión popular del cine", una disciplina artística que se
encuentra en proceso de mutación y que ya lo ha hecho "mucho" en los
últimos tiempos.
Audiard, quien junto al estadounidense Paul Schrader recibirá la
Espiga de Honor de la 58 Semana Internacional de Cine de Valladolid
(Seminci), se ha referido a la situación por la que atraviesa el cine en
España, que acumula una subida de IVA que se suma a un elevado precio
de las entradas.
"Es la cuestión popular del cine la que está en tela de juicio",
ha asegurado después de confesar su deseo de reconocer que el cine de
sala, como decía recientemente David Lynch, "no está muerto". "El cine
en general esta mutando, ha mutado mucho", ha afirmado el director de la
laureada 'El Profeta'.
La distribución será más difícil dado que habrá menos gente en las
salas, ha augurado Audiard, quien en su comparecencia ante los medios
ha estado flanqueado por su guionista, el vasco-francés Thomas Bidegain,
quien ha considerado que esos problemas no existen para las películas
"que no representan el mundo", misión que tiene encomendada el cine de
autor y que, a su juicio, han retomado la series de televisión, extremo
en el que discrepa con el cineasta.
Audiard, quien durante un año ha trabajado en el 'Club de los
Trece' para reflexionar sobre estas cuestiones del mundo del cine,
considera que de su experiencia extrae la conclusión de que no era
cuestión del cine de autor sino que los principales problemas se
centraban en las películas de entre 3.000 y 10.000 euros, "las más
difíciles de financiar".
La situación del cine español, que el director francés desconoce,
choca con la política que en Francia se lleva en este terreno: desde la
Postguerra el cine galo ha estado arropado por el Centro Nacional del
Cine, que hace que una tercera parte de la taquilla nacional e
internacional vaya al cine francés, según Bidegain.
"Con esta especie de autofinanciación, el cine francés está
protegido", ha declarado el cineasta, nacido en el seno de una familia
dedicada al séptimo arte, género del que llegó a renegar --"con 14 años
dije que haría cine si fracasara en todo lo demás"-- pensando más bien
desembarcar en la literatura.
Lejos ya de la literatura y con una no muy extensa filmografía a
sus espaldas, Audiard no se reconoce en el plano pesimista que se le
atribuye y más bien cree "inocente" el contar cosas que ha acumulado a
lo largo de su experiencia mientras construye el personaje del héroe
--"eso ya en sí es bastante optimista"--.
Relación con Bidegain
Compañero de fatigas en sus últimos guiones, el papel de Thomas
Bidegain en la trayectoria de Audiard va en la actualidad más allá: se
ven a diario, momento en el que comparten el trabajo que han realizado
por separado, y buscan una idea formal de la que partir: primer
piensan en la película y luego abordan el guión.
Su dinámica de trabajo les ha embarcado en el proyecto de un
western y en otro trabajo que no ha querido desvelar a la vez que, junto
a Bidegain, desechó la idea de abordar un musical por las dificultades
que entrañaría.
Pero una de las cosas que tiene claras es su gusto por el cine
francés, que de momento le lleva a rehusar rodar fuera de su país con
actores extranjeros. "Me siento muy francés en mi cinefilia y lo que
quiero es mirar alrededor de mí", ha reconocido el actor, quien a riesgo
de enfadar a Melville en su propia tumba, ha asegurado no creer que el
cine negro francés "es grande".
"Nunca he encontrado la función sociológica del cine negro", ha
confesado antes de reconocer que, a lo largo de los años, también ha
mutado su visión del trabajo hasta el punto de que ahora necesita un
equipo que le sintetice cuando, en sus inicios, estaba "muy encima de
los actores" con el fin de que respondieran a la idea que tenía en
mente.
Las tornas y los tiempos han cambiado y fue a partir de su tercera
película cuando llegó la "revelación": su deseo oculto de
improvisación. "Ahora, si ruedo lo previsto empiezo a preocuparme", ha
manifestado antes de bajar del pedestal a los directores, quienes en
último término no "metabolizan" el cine: lo hacen el equipo, el rodaje y
el público.