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Nueva PAC: condicionantes y obsesiones con optimismo al fondo

Nueva PAC: condicionantes y obsesiones con optimismo al fondo

Por Fernando Franco Jubete
martes 05 de marzo de 2013, 18:50h
La Unión Europea parece obsesionada en defender todas las causas alimentarias perdidas del mundo, con la tolerancia más exquisita hacia los agricultores y ganaderos de otros países, mientras exige a sus agricultores y ganaderos condiciones de trabajo y costes adicionales de producción que impiden que sus alimentos, de la máxima calidad del mundo, puedan competir, incluso en el mercado interior, con los mediocres productos importados. Dos ejemplos: se cargaron la industria azucarera y expulsaron a numerosos productores de remolacha para tener que importar azúcar; modifican constantemente la reglamentación sobre bienestar animal, provocando incrementos en el precio de huevos y cerdos por reducción de producción, para que en otros países sus ganaderos utilicen las instalaciones prohibidas, compradas a precio de chatarra, y nos exporten sus producciones sin control compitiendo con ventaja en nuestro propio mercado.
El sector Agrario tiene que aceptar, constante y sistemáticamente, todo tipo de condicionantes porque recibe pagos compensatorios establecidos por la Política Agraria Común, desarrollada cuando en Europa era necesario asegurar la alimentación y se consideró estratégico dicho fin. Hoy el objetivo es reducir los costes de la PAC hasta su eliminación, pero olvidando el carácter estratégico de las producciones alimentarias propias para asegurar el autoabastecimiento europeo. Un problema que ya no preocupa a los políticos europeos.
A pesar de todo ello, los agricultores y ganaderos de la UE tienen la obligación y la necesidad de prepararse para un próximo futuro sin ayudas compensatorias. Algo que sólo se consigue a base de tecnología fundamentada en la investigación, el desarrollo y la innovación. También en este ámbito la PAC condiciona a los agricultores y ganaderos. Es imposible intensificar y mejorar las producciones de manera sostenible si no pensamos en nuevas variedades mucho más resistentes y productivas, razas animales mejoradas, nuevas estrategias de control de plagas y enfermedades, sistemas de producción agrícola y manejo animal avanzados o utilización eficiente de todos los recursos. Sostenibilidad implica, en primer lugar, rentabilidad y si la PAC impone condiciones que no soportan los agricultores y ganaderos del resto del mundo, los de la UE nunca podrán competir en igualdad.
Pero dos años consecutivos de buenos precios agrarios han levantado el ánimo de los agricultores de Castilla y León aunque, al mismo tiempo, los ganaderos productores de leche han sufrido las consecuencias de unos costes elevados no compensados con precios razonables por parte de la industria. La UE se equivoca mucho, rectifica poco y, cuando lo hace, es ya demasiado tarde para muchos agricultores y ganaderos españoles que resultan expulsados de la actividad. No es problema para la UE, las producciones abandonadas son asumidas por agricultores y ganaderos alemanes, nórdicos o franceses que han resistido amparados en sus grandes empresas cooperativas. Inmensas cooperativas para nuestros esquemas españoles, que seguimos priorizando nuestro individualismo empresarial y fiando la comercialización de las materias primas producidas a un mediocre almacenista de pueblo.
Un ejemplo de aquí: los socios de ACOR han cobrado en 2012 su remolacha como mínimo a 40,38 Euros/t, su girasol a 505 Euros/t, su girasol alto oleico a 528  Euros/t, su trigo de fuerza a un mínimo de 271 Euros/t. Ejemplo de que, al amparo de una gran cooperativa y participando en la transformación de sus producciones y en su valor añadido, los agricultores y ganaderos de nuestra tierra pueden competir y afrontar los retos del futuro. Es de esperar que la crisis, que ha provocado la expulsión de muchos jóvenes rurales empleados en empresas urbanas y ha forzado su retorno al medio rural y a la explotación agraria familiar, constituya un revulsivo porque una nueva mente se incorpora a una empresa individualista y probablemente obsoleta.
El sector agroalimentario se está comportando ante la crisis, junto con el turismo, mejor que los restantes sectores y las expectativas que presenta la negociación de la nueva PAC pueden resultar optimistas. La aprobación del nuevo Marco Financiero 2014-20, aunque con una pérdida de casi 55.000 millones de Euros con respecto al Marco actual (-9,5%), resulta para España su mantenimiento como receptor neto y  supone un éxito ya que, a precios corrientes va a recibir 35.705 millones de Euros con un incremento del 0,8%, respecto al marco actual, y en desarrollo rural 8.291 millones de Euros con un incremento del 3%. En definitiva, al medio rural español en el periodo de referencia van a llegar 520 millones de Euros más que en el periodo que ahora acaba.
Es un nuevo escenario que permite confiar en que, el crecimiento de la demanda de alimentos de calidad en el próximo periodo de siete años, permita a los agricultores y ganaderos avanzar en la transformación agroalimentaria cooperativa, en la innovación y en la mejora de su competitividad.

Fernando Franco Jubete. Ingeniero Agrónomo, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia. 
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